Sábado, 8 de febrero de 2014 | Hoy
EL MUNDO › UN CAMAROGRAFO RESULTO HERIDO EN MEDIO DE UNA BATALLA CAMPAL ENTRE POLICIAS Y MANIFESTANTES EN BRASIL
Al menos 18 personas fueron detenidas alrededor de la Estación Central de Brasil, en Río de Janeiro, donde ocurrieron los enfrentamientos, mientras millares de personas buscaban llegar a sus casas luego de finalizada la jornada de trabajo.
Un camarógrafo de la TV brasileña Bandeirantes se encuentra en grave estado, tras haber sido herido ayer en la cabeza por un artefacto explosivo durante un enfrentamiento entre policías y unos mil participantes de una protesta contra el alza en los precios de los pasajes de ómnibus en Río de Janeiro.
Cerca de dos mil personas volvieron a salir el jueves a las calles de Río de Janeiro para protestar por el aumento del precio de los boletos de transporte, en una concentración que generó choques entre la policía militarizada y grupos de manifestantes. Al menos 18 personas fueron detenidas por los agentes policiales en las inmediaciones de la Estación Central de Brasil, donde ocurrieron los enfrentamientos, mientras millares de personas buscaban transporte luego de finalizada su jornada de trabajo. La empresa que administra esa estación carioca ordenó liberar los molinetes para que los pasajeros ingresaran, mientras en los alrededores continuaba la violencia, se veían fogatas en algunas esquinas y varias cuadras de autos circulando a baja velocidad. La protesta se inició anteayer en horas de la tarde y fue convocada en repudio del aumento del pasaje de ómnibus de 2,75 reales (1,10 dólares) a 3 reales (1,23 dólares) anunciada por el alcalde carioca, Eduardo Paes.
Según el hospital Souza Aguiar, el reportero Santiago Andrade llegó a la clínica en coma en la noche del jueves, fue sometido durante la madrugada a una cirugía de cuatro horas para contener una hemorragia cerebral y luego fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en estado grave. El camarógrafo registraba las imágenes del conflicto cuando fue alcanzado por un artefacto explosivo que, según informaciones preliminares, se trataría de una bengala.
Así lo afirmó el perito criminalístico Nelson Massini, quien aseguró que el artefacto que hirió a Andrade “no es una bomba de fabricación casera”, sino una bengala “que puede comprarse en cualquier tienda de venta de fuegos de artificio y por cualquier persona”. “Son artefactos usados en festividades”, dijo Massini, quien es profesor de la Universidad de Río de Janeiro, después de analizar las imágenes en las que se ve el momento en que el reportero fue herido. Agregó que tampoco se trata de una bomba de gas lacrimógeno, de sonido o de gas pimienta como las que suele usar la policía militarizada. Explicó que una bengala no tiene capacidad para hundirle el cráneo a una persona. “La explosión principalmente pudo hacerle perder la conciencia. Quizá se golpeó contra la cámara o el piso y así se rompió la cabeza a causa de la altura de la caída”.
La Policía Civil investiga las circunstancias en que Andrade fue lastimado, puesto que hay versiones encontradas al respecto. El comandante del quinto batallón de la policía militarizada, Luiz Henrique Marinho, sostuvo haber visto a personas vestidas de negro (supuestamente integrantes del movimiento anarquista black bloc) lanzar morteros, uno de los cuales habría alcanzado a Andrade. No obstante, el reportero Bernardo Menezes, del canal GloboNews, sostuvo que la bomba que alcanzó a su colega fue lanzada por la policía. Las investigaciones se basarán en el análisis de la ropa que vestía el periodista e imágenes de un video grabado por la agencia de noticias rusa Ruptly, en la cual se ve un artefacto explosivo salir del suelo y seguidamente el reportero caído, sangrando.
Además de Andrade, el hospital atendió a otras seis mujeres que resultaron heridas durante la protesta, que se inició en forma pacífica pero que degeneró en una batalla campal cuando los manifestantes invadieron y destrozaron instalaciones de la Estación ferroviaria Central de Brasil para evitar que los usuarios pagaran los pasajes.
A partir de ahí, las tropas de choque de la policía militarizada pasaron a lanzar bombas sonoras y de gas lacrimógeno contra los participantes en la protesta, que a su vez prendieron fuego a basura para frenar el avance de los agentes, que también fueron atacados con piedras y trozos de madera. Según la policía, 28 personas fueron detenidas y 20 de ellas han sido acusadas de causar daños al patrimonio público y privado.
La Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo divulgó ayer una nota en la que pide una “rápida investigación” sobre el caso y demanda que el Estado asegure la protección “a la libertad de expresión, a la libertad de información y a los periodistas”.
Por su parte, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, calificó como “lamentable” lo ocurrido, expresó solidaridad con la familia del reportero y afirmó que el responsable irá a prisión “le duela a quien le duela, sea un agente del Estado o alguien que haya estado en la manifestación”.
En tanto, el secretario de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame, aclaró que la policía tuvo que reaccionar durante el acto porque los manifestantes invadieron la principal estación ferroviaria de la ciudad “en momentos en que millares de personas intentaban regresar a sus casas”.
En junio pasado, el anuncio de reajustes en los precios del transporte público en San Pablo desató una ola de masivas protestas que sacudieron Brasil durante la disputa de la Copa Confederaciones. En esa oportunidad, las autoridades decidieron anular los aumentos para frenar las manifestaciones organizadas a través de las redes sociales por grupos contrarios a los gastos públicos en la preparación del Mundial de Brasil 2014 y que demandan mejores servicios públicos de transporte, educación y salud.
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