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Venezuela vivió ayer una jornada cargada de expectativa en relación con la tercera sesión del diálogo que el gobierno y la oposición llevan adelante. Los líderes del oficialismo y de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que reúne a 29 partidos opositores, volverán a conversar hoy con la presencia del nuncio apostólico y los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador como testigos de buena fe. Tras haber alcanzado varios acuerdos en el encuentro del martes pasado, las partes avanzarán en el análisis de aquellos temas en los que aún no hubo consenso, adelantaron fuentes de ambos sectores. Entre ellos, el gobierno rechazó hasta ahora una amnistía general para todos los políticos presos, pero está dispuesto a “meterles la lupa” a casos puntuales, dijo el segundo vicepresidente del Parlamento, Darío Vivas.

El también director de Giras y Eventos del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) pidió que los opositores “pongan en la mesa” los nombres que ellos quieren que se consideren presos políticos. En tanto, el oficialismo y la oposición coincidieron en descartar la posibilidad de que el diálogo vaya a alumbrar un pacto entre los dos sectores. “No busquen diálogo de elites ni pacto con no-sotros; lo que nosotros venimos a proponerles a ustedes es que se sumen definitivamente a la Constitución”, manifestó el vicepresidente, Jorge Arreaza, en un acto público televisado, informaron el canal Globovisión y el diario Ultimas Noticias.

El diputado y líder del partido La Causa Radical, Andrés Velásquez, le respondió: “La MUD no busca pactar, sino señalar puntos que deben ser atendidos por el gobierno”. Los dirigentes más radicales de la MUD junto a la diputada destituida María Corina Machado ratificaron su distancia en el diálogo con Voluntad Popular (VP) y Alianza Bravo Pueblo (ABP), liderados respectivamente por Leopoldo López –preso desde el 18 de febrero, acusado por el gobierno de haber instigado disturbios– y el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma. “Cuando (el presidente) Maduro (foto) deje el culillo (miedo) y deje de pensar que con cada marcha o actividad que se hace en el centro de Caracas lo vamos a tumbar, entonces diremos que hay condiciones para el diálogo –afirmó el coordinador adjunto de VP, Freddy Guevara–. De lo contrario, sólo estamos funcionando como jabón para lavarle la cara ante la comunidad internacional.” El diputado y presidente encargado de ABP, Richard Blanco, sostuvo que es un retroceso para el país que el diálogo se realice a puertas cerradas. “Si algo quiere saber el pueblo venezolano son los acuerdos concretos y las posturas del régimen ante los problemas que enfrenta el país”, dijo. A media tarde de ayer, aún no se había informado si la reunión de hoy será transmitida en vivo por la cadena de radio y televisión, como sucedió con la primera, el jueves 10, o si será a puertas cerradas, como fue la última, el martes pasado.

En tanto crecía ayer la expectativa sobre el “plan para el abastecimiento pleno” y la “revolución fiscal” que Maduro anunció el martes pasado, como parte de una nueva ofensiva económica cuyos detalles prometió brindar hoy. El mandatario aclaró que las nuevas medidas serán diferentes de las que adoptó en noviembre, cuando ordenó operativos militares que rebajaron hasta 70 por ciento los precios de ciertos productos, lo que provocó una liquidación de existencias que, ante la escasez de divisas, no pudieron ser repuestas. Las encuestas de opinión señalan que la mayor preocupación de los venezolanos pasa por el desabastecimiento de productos de consumo cotidiano, que saltó de 22,2 a 28 por ciento entre diciembre y enero, según el último reporte del Banco Central de Venezuela (BCV). En ese contexto, el presidente del BCV, Nelson Merentes, dijo ayer que “no están tan buenos los factores de crecimiento y de inflación”, aunque sostuvo que se mantiene el aumento del empleo.