Sábado, 18 de octubre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › LOS PRESIDENTES DE RUSIA Y UCRANIA NO PUDIERON ZANJAR SUS DIFERENCIAS EN ROMA
La esperada reunión sólo sirvió para corroborar sus mutuas diferencias sobre los puntos en disputa, así como la incapacidad de sus colegas europeos para desactivar un conflicto que amenaza con dejar a buena parte del continente sin gas.
Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Ucrania, Petro Poroshenko, fracasaron en su intento de acercar posiciones ayer en Milán. Durante la reunión entre ambos mandatarios quedaron patentes las persistentes diferencias en relación con la crisis en el este ucraniano y el tema del gas. “Comprendemos el estado financiero de nuestros socios ucranianos, que tienen auténticos problemas, que sufren déficit de caja. En cierta medida, ya hicimos concesiones en las condiciones y el pago del gas ya suministrado, es decir sobre las deudas”, subrayó Putin. Sin embargo, ambos jefes de Estado respaldaron el Memorando de Paz de Minsk, que estipula la creación de una zona desmilitarizada entre Rusia y Ucrania.
La esperada reunión de los presidentes sólo sirvió para corroborar sus mutuas diferencias sobre los puntos centrales en disputa, así como la incapacidad de sus colegas europeos para desactivar un conflicto que amenaza –con la llegada del invierno– con dejar a buena parte del continente sin gas. El ministro ucraniano de Exteriores, Pavel Klimkin, admitió que las negociaciones fueron difíciles. “Hay muchas cuestiones, y estas cuestiones son complicadas”, expresó.
Luego del encuentro Putin-Poroshenko, que siguió a otras dos reuniones multilaterales durante el día, el mandatario ruso llamó a la Unión Europea (UE) a que ayude a Ucrania a pagar su deuda de gas, que calculó en 4500 millones de dólares. “Esperamos que nuestros socios europeos, la Comisión Europea, arrimen el hombro con Ucrania y ayuden a solucionar este problema del déficit”, señaló Putin.
En relación con el conflicto en el este de Ucrania, Putin aseguró que la ley de autogobierno que les concede tres años de autonomía a las regiones separatistas no es un documento ideal, pero es un paso en la dirección correcta. Los rebeldes interpretan que esa ley reconoce de facto su independencia, por lo que se niegan a celebrar elecciones locales el 7 de diciembre como estipula el documento, al que consideran simplemente un marco para futuras negociaciones con Kiev.
Putin instó a Ucrania y a los separatistas a implementar lo antes posible el Memorando de Paz de Minsk. “El acuerdo no se cumple en su totalidad, tanto por parte de los representantes de Kiev como de Novorrosía (zona bajo control separatista)”, recordó.
El presidente ruso dijo que ni la dirigencia en Kiev ni los rebeldes están manteniendo lo acordado hasta ahora. Añadió que Rusia está dispuesta a seguir comprometiéndose en la solución de la crisis, pero aclaró una vez más que no era partícipe del conflicto. Poroshenko, por su parte, se mostró más cauteloso. “Hemos compartido la necesidad de que el Memorando de Minsk se aplique y se respete porque es clave para garantizar la paz en el territorio”, afirmó.
La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que no vio ningún avance en un diálogo entre Rusia y Ucrania, previo al bilateral, al que asistieron el primer ministro italiano, Matteo Renzi, quien además ejerce la presidencia rotatoria de la UE; el primer ministro británico, David Cameron, y los presidentes del Consejo y la Comisión europeos, Herman Van Rompuy y José Manuel Durao Barroso.
“No puedo ver aquí ningún avance en absoluto por el momento”, declaró Merkel a la prensa, tras conceder que hubo progresos en algunos “detalles”, pero no en las cuestiones clave de la crisis que enfrenta a Kiev y Moscú, respecto de las continuas violaciones de la integridad territorial de Ucrania.
Renzi y Merkel señalaron que sí hubo progresos en torno de una propuesta francesa para usar drones para vigilar la frontera. Moscú está dispuesto, según la canciller alemana, a participar en esas misiones. En concreto, interesa sobre todo la línea de demarcación en torno de Donetsk y Lugansk para poder celebrar las elecciones, más que la frontera entre Rusia y Ucrania.
Putin confirmó que Rusia quiere participar en la vigilancia de la zona de conflicto con drones. “Están Italia, Francia y Alemania, y nosotros también estaremos”.
Más duro que sus pares de la UE, el primer ministro británico, David Cameron, se limitó a afirmar que Rusia debe retirar las tropas y las armas de Ucrania y reconocer la legitimidad de unas elecciones celebradas en la ex república soviética, y si esto no sucede, el bloque continental mantendrá las sanciones contra el Kremlin. La reunión en Milán forma parte de un intento diplomático de Putin y la UE para discutir el conflicto en Ucrania y tratar de superar uno de los mayores desencuentros entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría.
Estados Unidos y la UE impusieron sanciones económicas a Rusia por haber anexado la ex ucraniana península de Crimea en febrero y por considerar que arma y financia a los separatistas que combaten a Kiev desde abril en las provincias orientales de Donetsk y Lugansk, en un conflicto que ya dejó más de 3500 muertos.
Putin, que rechaza las acusaciones, condenó vigorosamente las sanciones, y amenazó con reducir el suministro de gas a Europa si Ucrania desvía el flujo para consumo interno desde gasoductos de tránsito que pasan por su territorio, como ya hizo Moscú en 2006 y 2008, algo que preocupa a la UE.
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