Kiev faltó a la cita en Minsk para mantener una ronda de negociaciones con los separatistas prorrusos, por lo que los rebeldes anunciaron su retiro de la ciudad bielorrusa, advirtieron que proseguirán su ofensiva si el ejército continúa bombardeando las ciudades que controlan y denunciaron que sólo en el día de ayer ya murieron 25 civiles por esos ataques.

Los representantes rebeldes acudieron puntualmente a la cita, pero el gobierno ucraniano se negó a enviar a sus representantes aduciendo que sólo negociará con los líderes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. “Lamentablemente, la parte ucraniana no se presentó. De nuevo, Ucrania rehúsa el diálogo”, declaró Vladislav Deinego, negociador de la República Popular de Lugansk, a medios rusos. El negociador separatista de la región de Donetsk, Denis Pushilin, confirmó que la Cancillería bielorrusa ya informó que “Kiev no viene y las conversaciones han sido canceladas”.

“Hoy abandonamos Minsk”, agregó Pushilin, quien había instado a Kiev a enviar a un representante plenipotenciario y no al ex presidente ucraniano Leonid Kuchma a las negociaciones, en las que los mediadores son Rusia y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

A su vez, advirtió que las milicias rebeldes continuarán con su ofensiva para tomar el control total de las regiones orientales de Donetsk y Lugansk si las fuerzas de Kiev siguen atacando con armamento pesado las plazas fuertes prorrusas. “Si el proceso negociador se interrumpe y Kiev continúa con los bombardeos, nos reservamos el derecho de continuar con la ofensiva” y conquistar la totalidad de las regiones de Donetsk y Lugansk, dijo. Los separatistas insisten en que siempre han estado a favor de las negociaciones y aseguraron que su prioridad es proteger a la población civil.

Entretanto, siguen sumándose víctimas civiles de la artillería ucraniana en Donetsk. Ayer murieron al menos quince civiles en esa ciudad del Este de Ucrania por bombardeos de la artillería ucraniana que incluyeron el ataque a un trolebús, según denunciaron los rebeldes de la República Popular de Donetsk (RPD). “Cinco personas murieron en un trolebús” de la línea 14, hacia el mediodía, cuando el móvil se encontraba en una parada, explicó el Ministerio de Defensa de la RPD. Otras cinco fallecieron al ser alcanzadas por el bombardeo cuando hacían cola en la Casa de la Cultura del barrio Kuibishev para recibir ayuda humanitaria. Las otras cinco víctimas civiles se registraron en la zona de Azotni, agregó el ministerio.

“El bombardeo de Donetsk se realizó desde la población de Opuitnoe, una zona neutral que se encuentra al norte del aeropuerto”, señaló además el ministerio. La semana pasada, otro trolebús fue alcanzado por fuego de artillería también en Donetsk, lo que causó la muerte de ocho personas.

Según la RPD, tras el ataque al trolebús, el saldo total de civiles muertos en Donetsk en las últimas 72 horas se eleva a 31.

En Minsk, además, Pushilin tachó de “inadmisible” hacerlos viajar en vano a la capital de Bielorrusia y agregó: “Esperamos una invitación oficial y una aclaración sobre la fecha por parte de Rusia o la OSCE”.

A su vez, subrayó que cambiaron las condiciones que los separatistas plantearán en las negociaciones de Minsk, en particular en lo que se refiere a la línea de separación de fuerzas tras el reciente avance de las milicias rebeldes.

“La línea de separación cambió significativamente. Hoy, nuestras repúblicas de Donetsk y Lugansk están dispuestas a hablar de un alto el fuego inmediato sobre la base de la línea de separación real”, dijo Pushilin.

Según los acuerdos de paz de Minsk, ambos bandos se comprometían a mantener intactas sus posiciones y a crear una zona de seguridad de 30 kilómetros de donde debían retirar el armamento pesado. Se manifestaron ayer a favor de ese repliegue, pero sobre la base de la nueva situación en la zona de conflicto, en la que los rebeldes tomaron varias localidades y el aeropuerto de Donetsk.

La cancelación de las negociaciones se produce en medio del recrudecimiento de las acciones militares tras la ofensiva lanzada por los separatistas la semana pasada. Los combates más intensos tienen lugar en la zona de la ciudad de Debaltsevo, donde los separatistas aseguran haber cercado una importante agrupación ucraniana de alrededor de 10 mil efectivos.

El mando militar de Kiev lo niega, pero en su página de Facebook, el jefe adjunto del Departamento del Ministerio del Interior de Ucrania para la región de Donetsk, Iliá Kiva, describió una difícil situación para sus tropas, con combates encarnizados en Uglegorsk y una localidad próxima, Uglerovsk, ya “bajo el control de los terroristas”.

Si llegara a caer Uglegorsk, la pinza tendida por los rebeldes estará cerca de cortar las comunicaciones entre Debaltsevo y el resto del ejército, y cerrarse. Según el Estado Mayor del Ejército ucraniano, junto a Debaltsevo, importante nudo ferroviario y punto estratégico por el que pasa la ruta que une las ciudades de Donetsk y Lugansk –ambas controladas por los separatistas–, las milicias separatistas han concentrado alrededor de 2500 combatientes.

La caída de Debaltsevo en manos de las milicias les permitiría unir fuerzas y conformar una línea de frente continua, con lo que de hecho conseguirían retrotraer la situación a la de mediados del año pasado, cuando comenzaba el conflicto. Desde su estallido, en abril del año pasado, el conflicto armado en el Este ucraniano se cobró la vida de más de 5000 personas y provocó el éxodo de cientos de miles de refugiados.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, abordó ayer el recrudecimiento del conflicto con la canciller alemana, Angela Merkel, y ambos abogaron por unas prontas negociaciones de paz para lograr un inmediato cese de las hostilidades. Mientras, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, tiene previsto visitar Kiev a finales de la próxima semana después de que la OTAN, EE.UU. y la Unión Europea acusaran a los separatistas y a Rusia de la reanudación de los combates a gran escala en Ucrania.