Sábado, 14 de febrero de 2015 | Hoy
EL MUNDO › RETOMó LOS CONTACTOS CON LOS TéCNICOS DE LA TROIKA PARA NEGOCIAR OTRO RESCATE FINANCIERO
Con la quita parcial de la deuda fuera de la mesa, representantes griegos y de las tres instituciones de la impopular troika comenzaron ayer en Bruselas los trabajos técnicos para llegar a un acuerdo. Tsipras quiere un crédito puente.
Grecia y sus acreedores bajaron las armas tras el primer encuentro del primer ministro heleno, Alexis Tsipras, con el resto de los líderes europeos y se volvieron a sentar ayer a negociar a nivel técnico sobre el futuro del rescate financiero.
En el mes que la coalición de izquierdas Syriza tenía por delante desde su victoria electoral hasta el fin del rescate griego el próximo 28 de febrero, todas las partes aplazaron la retórica ofensiva que acompañó la campaña y los primeros pasos del nuevo gobierno griego en Europa para tratar de buscar soluciones.
Con la quita parcial de la deuda fuera de la mesa, representantes griegos y de las tres instituciones de la impopular troika –el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea– comenzaron ayer en Bruselas los trabajos técnicos para llegar a un acuerdo. Las conversaciones “comienzan sobre buenas bases”, pues las partes han “escuchado con atención” las posiciones de la otra tras el acuerdo de Tsipras y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, para retomar los contactos.
Ahora se trata de encontrar puntos en común entre el actual programa griego y el plan del gobierno de Tsipras en las cuestiones técnicas, de cara a facilitar las delicadas negociaciones políticas que se llevarán a cabo el próximo lunes en la reunión del Eurogrupo entre los ministros de Finanzas de la Zona Euro. “Haremos todo lo que podamos para llegar a un acuerdo el lunes, pero no con medidas que vayan contra la soberanía de la nación y del pueblo”, dijo el portavoz Gabriel Sakellaridies. “Si no tenemos un acuerdo el lunes creemos que queda tiempo, así que no sería un problema”, agregó el portavoz.
Tsipras es consciente del mandato que recibió de los griegos para poner fin a las políticas de austeridad, pero también de que si quiere mantener al país en el euro tiene que lograr un acuerdo con sus socios y las instituciones que forman la troika, independientemente del nombre que ese grupo adopte en el futuro. “Estamos definitivamente obligados a seguir y cumplir” las reglas europeas, aunque no esté de acuerdo con ellas, reconoció Tsipras esta madrugada al término de la cumbre, pero recalcó que ello hay que combinarlo con el deseo de los griegos de acabar con la austeridad.
Uno de los primeros gestos europeos hacia Syriza fue desterrar la palabra “troika” del discurso oficial, lo que le permitió a Tsipras proclamar ayer a la madrugada en Bruselas que “la troika ya no existe”, pese a que la canciller alemana, Angela Merkel, la pronunciaba momentos antes unos pisos más abajo. “No hay un deseo particular por parte de nadie de llamarlo troika, los nombres son nombres”, dijeron las fuentes, que comprenden que la tríada conlleve un “cierto simbolismo” para Grecia.
En cualquier caso, éste es un gesto menor frente a los puntos fundamentales de la discusión: con qué tipo de respaldo financiero contará (o no) Grecia a partir de la medianoche del próximo día 28, qué reformas y ajustes tendrá que seguir aplicando el país y cuáles podría sustituir por nuevas medidas.
Tsipras quiere un programa financiero “puente” que asegure que el país puede afrontar sus pagos los próximos meses hasta lograr un acuerdo definitivo, alrededor de agosto, y un mayor margen para financiarse y suavizar los ajustes fiscales. “No es crucial una extensión del rescate”, explicaron las fuentes, que indicaron que no descartarían la posibilidad de que se acuerde un programa nuevo.
Atenas necesita respaldo financiero para afrontar los próximos pagos, pero además un programa abriría la puerta para que el BCE revoque su reciente decisión de no aceptar los bonos griegos como garantía en sus operaciones de refinanciación, cerrando una importante vía de liquidez al sistema griego con un interés del 0,05 por ciento. Ahora los bancos griegos tienen que recurrir al mecanismo urgente de provisión de liquidez (ELA), a un interés que ronda el 1,55 por ciento, una línea que Francfort decide cada semana si mantiene abierta o no, y que también puede decidir cerrar si considera que los bancos griegos no son solventes.
Tsipras también quiere sustituir una tercera parte de las medidas a las que se comprometió el anterior gobierno heleno a cambio del rescate financiero por un plan más acorde con sus líneas políticas. “El programa no es un libro sagrado al que una vez que se ha acordado el proceso no se puede cambiar una palabra”, explicaron las fuentes comunitarias, que recordaron que ya modificó la asistencia concedida a Atenas durante estos años. Sin embargo, las negociaciones serán duras, ya que es necesario que Tsipras convenza a sus socios de que las medidas que propone tendrán un efecto positivo sobre el crecimiento y no aumentarán el déficit del país ni la deuda.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, señaló que “hay que mantener un enfoque de sentido común. Cuando el nuevo gobierno griego anule algunas medidas antisociales, y algunas lo son, éstas tendrán que ser sustituidas por otras que desde el punto de vista presupuestario sean equivalentes”.
Respecto de la deuda, la quita está descartada, pero podría negociarse mejorar aún más las condiciones del crédito. La deuda griega supera los 320.000 millones de euros, de los que un 62 por ciento corresponde a gobiernos europeos (contando los préstamos bilaterales y los canalizados por el fondo de rescate de la Eurozona) y, en el caso concreto español, a 26.000 millones.
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