EL MUNDO › UN TRIBUNAL DE MOSCú CULPó A DOS HOMBRES DEL ASESINATO DEL OPOSITOR Y SOSPECHA DE OTROS TRES

Acusan a chechenos por el caso Nemtsov

Zaur Dadayev y Anzor Gubashev comparecieron por el crimen del opositor ruso. Dadayev confesó su implicación.

Un tribunal moscovita acusó ayer a dos hombres de la muerte del opositor ruso Boris Nemtsov, entre ellos un ex responsable policial checheno que confesó su implicación en el asesinato perpetrado hace una semana. Los acusados, Zaur Dadayev y Anzor Gubashev, comparecieron ante un tribunal de Moscú junto a tres sospechosos más, que permanecerán bajo custodia hasta la primera semana de mayo. La decisión judicial ocurre días después de que Nemtsov muriera a balazos cuando caminaba junto a su novia por un puente próximo al Kremlin.

La portavoz del tribunal, Anna Fadeyeva, dijo a la agencia de noticias RIA Novosti que los otros tres hombres, contra los que no se han presentado todavía cargos, continúan siendo sospechosos. Los cinco chechenos permanecen detenidos. “La participación de Dadayev en el asesinato ha sido confirmada por su confesión”, indicó por su parte la jueza Natalia Mushnikova, según la agencia rusa TASS. El otro acusado rechazó su participación en los hechos.

Tanto Dadayev, un ex responsable de la policía chechena, como Gubashev, quien trabajó para una empresa de seguridad privada en Moscú, fueron detenidos el sábado en la república de Ingusetia, vecina de Chechenia en el inestable Cáucaso ruso.

Los otros tres sospechosos se declararon no culpables, aunque un representante de la investigación dijo ante el tribunal que hay “pruebas de su participación” en los hechos. Se trata de Shagid Gubashev, hermano menor de Anzor, Ramzat Bajayev y Tamerlan Eskerjanov, tres individuos también de origen checheno. Fueron detenidos en Ingusetia.

Una fuente policial, citada por la agencia Interfax, indicó que un sexto sospechoso se suicidó con una granada, cuando las fuerzas del orden rodearon su domicilio en Grozni, capital de Chechenia.

Las detenciones tuvieron lugar poco más de una semana después del asesinato el 27 de febrero de Nemtsov, viceprimer ministro durante la presidencia Boris Yeltsin y férreo opositor del actual presidente ruso, Vladimir Putin. Los investigadores no dieron ninguna indicación sobre cuál podría haber sido el móvil del asesinato, pero sugirieron que Nemtsov fue ejecutado para desestabilizar a Rusia, que se encuentra enfrentada a los países occidentales por la guerra en Ucrania. Los críticos señalan que ambos acusados son “chivos expiatorios” y cuestionan que la muerte de Nemtsov sea tratada como un homicidio común.

En Rusia, se barajan varias hipótesis sobre la causa de su muerte, como sus críticas al papel de Moscú en el conflicto de Ucrania o su condena de los asesinatos en París contra los periodistas de la revista satírica francesa Charlie Hebdo.

El asesinato de Nemtsov en una de las zonas más vigiladas de Rusia conmocionó a la oposición rusa y provocó una fuerte condena internacional. Los seguidores del opositor, de 55 años, aseguran que fue abatido por orden de altos cargos del gobierno con el fin de silenciar a los disidentes. La hija de Nemtsov, Zhanna Nemtsova, aseguró en una entrevista para la CNN desde Alemania que el asesinato se produjo obviamente por “motivos políticos”. “En un régimen autoritario, cualquier persona que no está de acuerdo con los políticos, que critica el punto de vista oficial, es peligrosa”, declaró. Su padre llevaba tiempo denunciando que lo seguían y que habían pinchado su teléfono.

Putin describió el asesinato del opositor como una tragedia que deshonra a Rusia y prometió que se haría todo lo posible por juzgar a los que cometieron ese “vil y cínico asesinato”. Muchos rusos creen que, aunque no esté directamente implicado en el asesinato, Putin es responsable de atizar el odio contra la oposición, al calificarla con frecuencia de “quintacolumna” de traidores y espías, un mensaje ampliamente difundido por los medios gubernamentales.

Otros casos de asesinatos en los últimos años en Rusia fueron atribuidos a hombres oriundos de la región del Cáucaso Norte. Anna Politkovskaya, una periodista crítica del Kremlin, fue baleada en octubre de 2006. Un tribunal de Moscú condenó a dos de los cinco acusados, y ambos eran de Chechenia.

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Zaur Dadayev, ex responsable policial checheno, confesó su implicación en el asesinato.
 
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