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La Justicia chilena detuvo a 18 miembros de la Armada y de Carabineros por el secuestro y desaparición, tras el golpe militar de 1973, del sacerdote británico Michael Woodward. La decisión se produjo tras la impugnación efectuada por el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, que objetó las incorrecciones en el proceso que llevó a la Corte Suprema a dejar sin efecto las causas por la desaparición del sacerdote en septiembre de 1973.

La Sala Penal de la Corte Suprema de Chile ordenó al juez Jaime Arancibia Pinto pronunciarse respecto del caso Woodward. El magistrado dictó 18 procesamientos en contra de los oficiales y suboficiales anteriormente sobreseídos del caso. Catorce de los dieciocho encausados son altos oficiales o suboficiales de la Armada, mientras los cuatro restantes son tres coroneles y un mayor de Carabineros, todos ya retirados.

El abogado de la unidad dependiente del Ministerio del Interior, Francisco Ugás, precisó que el Estado chileno tiene la obligación de perseguir los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante el régimen militar. “La petición que en concreto se formuló en ese escrito que presentó el Programa de Derechos Humanos es que estos antecedentes daban cuenta de que estos sujetos habían tenido una participación punible en el crimen perpetuado en perjuicio de la víctima”, explicó.

En septiembre de 2014 la Sala penal del máximo tribunal chileno condenó a sólo tres implicados, ex suboficiales de la Marina, uno de los cuales falleció posteriormente. Tras el dictado de las sentencias de primera y segunda instancia, el Programa de Derechos Humanos interpuso ante el máximo tribunal chileno un escrito por el cual hizo presente antecedentes “contundentes” del caso, así como fundamentos jurídicos relativos a las imputaciones que fueron desestimadas previamente, como información sobre los crímenes perpetuados por la alta oficialidad de la Armada y los servicios de Inteligencia.

Según el expediente, el cura obrero Michael Woodard, conocido como padre Miguel, fue detenido en Valparaíso días después del golpe encabezado por Augusto Pinochet, en septiembre de 1973. El religioso fue llevado a la Universidad Técnica Federico Santa María, convertida en cuartel. y a la Academia de Guerra Naval, donde fue torturado. Luego fue asignado al buque escuela Esmeralda para ser examinado por un médico y desde ahí trasladado al Hospital Naval, donde su rastro se perdió definitivamente.