Los griegos amanecerán con una importante suba del IVA, uno de los requisitos impuestos por los acreedores para iniciar las negociaciones sobre el tercer rescate otorgado al país en cinco años. El aumento del IVA, que pasa del 13 al 23 por ciento, se aplicará a productos y servicios, como alimentos y bebidas procesadas, platos servidos en restaurantes y bares. Hoy también entra en vigor un incremento de los impuestos al consumo en muchas islas griegas. Se espera que estas subas otorguen al Estado ingresos por 800 millones de euros (unos 867 millones de dólares) hasta fines de año, según estimaciones de la prensa local. El Parlamento aprobó la medida el jueves como parte de un paquete de ajuste y reformas que los socios europeos exigieron al país como condición para desembolsar un nuevo rescate por un valor de 86.000 millones de euros a tres años. Atenas necesita ese dinero para no entrar en default.

Los medios griegos publicaron ayer una lista de productos afectados por la suba del IVA. Entre ellos están alimentos básicos como carne fresca y congelada, pescado, café, té, jugos, huevos, azúcar, cacao, arroz, harina y productos lácteos, fertilizantes, preservativos y papel higiénico. Luego de la aprobación del programa de austeridad el jueves en el Parlamento, el Banco Central Europeo (BCE) dio luz verde ese mismo día para aumentar la línea de financiación de emergencia de los bancos griegos, que se estaban quedando sin efectivo. Como resultado de ello, las entidades bancarias podrán volver a abrir hoy después de tres semanas de permanecer cerradas, pero seguirá habiendo restricciones y controles de capital.

Tras más de veinte días de cierre, los bancos reabrirán para permitir algunas operaciones en ventanilla como el pago de cuotas y créditos de todo tipo, por ejemplo deudas al Estado, a empresas públicas, a los fondos de pensiones estatales o a seguros privados. A su vez, los griegos tendrán acceso a sus depósitos y a las cajas fuertes, podrán cobrar cheques, incluidos los que vencieron durante el período de clausura de las entidades bancarias. En vez de poder retirar por día un máximo de 60 euros, los ciudadanos podrán sacar hasta 420 euros por semana de una sola vez si así lo desean, como medida para reducir las colas en los cajeros automáticos. Las transferencias al extranjero seguirán sometidas a la aprobación de las autoridades helenas, pero se permitirá a los padres que tengan hijos estudiando fuera del país mandarles hasta 5000 euros por trimestre, y a aquellos que deban abonar gastos médicos disponer de hasta 2000 euros.

También podrán usarse nuevamente las tarjetas de crédito en el extranjero, pero sólo para compras o pago de facturas, no para retirar efectivo de los cajeros. Los medios locales señalaron ayer que serán necesarios varios meses para normalizar el sistema bancario. Los ministros de Finanzas de la Eurozona también aprobaron un crédito puente para Grecia de 7000 millones de euros, que en principio le permitirá devolver los 3500 millones de euros que tiene que pagar también hoy al BCE, de unos 700 millones más en concepto de intereses que mantiene como deuda con el organismo europeo, y aguantar las próximas semanas hasta que se acuerden los detalles del nuevo rescate.

Puede que Atenas aproveche también este efectivo para devolver los 1500 millones que quedaron en mora ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 30 de junio, y que correspondían a la agrupación de todos los tramos que vencían ese mes. La recapitalización y el saneamiento de las entidades bancarias griegas es un punto destacado del tercer paquete de ayuda al país, que aún deben negociar las partes. Los cálculos que realizan los especialistas señalan que serían necesarios hasta 25.000 millones de euros para recapitalizar la banca.

El diario Kathimerini apuntó ayer que la prioridad del sistema bancario ahora es restaurar la liquidez, pues si bien los bancos no corren riesgo de fugas de depósitos por la imposición del control de capitales, el reto ahora es conseguir dinero. Según cifras del medio heleno, desde noviembre de 2014 los depósitos se redujeron en aproximadamente 50.000 millones de euros, gran parte de los cuales se encuentran en el país.

La aprobación en el Parlamento del primer paquete de medidas fue valorada positivamente por la Eurozona, pero supuso una remodelación del gobierno para el primer ministro, Alexis Tsipras, tras las disidencias mostradas por un sector de Syriza. El costo político de firmar el principio de acuerdo significó la ruptura con la corriente más a la izquierda del partido. Por eso hoy comenzará a funcionar el nuevo Ejecutivo, cuyos cambios se resumen en la sustitución de los miembros contrarios al pacto, pues Tsipras puso en claro que su prioridad inmediata es la negociación del tercer rescate y para ello decidió rodearse de funcionarios que no pongan palos en la rueda a ese proceso. Algunas voces en Grecia hablan de que, una vez pactado el nuevo programa, Tsipras podría convocar a nuevas elecciones.