Una serie de audios y documentos presentados ayer por la fiscalía guatemalteca comprometen aún más al detenido ex presidente Otto Pérez Molina, como supuesto cabecilla de una red de defraudación aduanera conocida como La Línea, a un día de las elecciones generales, en las que hay varios diputados y candidatos sospechados de corrupción, entre ellos el aspirante a vice del partido Líder, Edgar Barquín, cuya situación jurídica sigue sin dilucidarse.

El juez de Mayor Riesgo Miguel Angel Gálvez reabrió ayer la audiencia de primera declaración del ex presidente, iniciada el jueves. Pérez Molina pasó la noche en prisión provisional en una cárcel militar, a la espera de que se decida si queda ligado al proceso. En una de las escuchas telefónicas presentadas aparece la voz atribuida por la fiscalía a la ex vicepresidenta Roxana Baldetti, que se refiere al “presi...” y luego se corrige “presidente de la empresa”, en supuesta alusión a Pérez Molina.

Pérez recordó ayer su historia personal como general del ejército durante la guerra civil y como jefe de Inteligencia militar, para refutar los cargos de corrupción que provocaron su renuncia como mandatario. Recordó cuando en 1993 dirigió la operación que condujo a la primera detención del narcotraficante mexicano Joaquín “Chapo” Guzmán, y no aceptó sus ofertas monetarias para dejarlo escapar. Recordó su papel como militar durante el conflicto armado que vivió Guatemala de 1960 a 1996, al señalar que significó “un sacrificio personal y un sacrificio de mi familia”.

El ex mandatario también destacó que en ese momento Guzmán y su gente ofrecieron una recompensa a cambio de su libertad, muy superior al dinero que según la fiscalía recibió del esquema de corrupción, y que la rechazó.

Por otra parte, ayer comienzó un nuevo mandato de dos años de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), un ente de Naciones Unidas creado en 2007 para combatir las estructuras criminales dentro del Estado, renovación a la que se oponía Pérez Molina, hasta que fue convencido de lo contrario por el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, en marzo pasado.

Biden, en una reunión en Guatemala con el ex presidente y sus pares de El Salvador y Honduras, le había recordado a Pérez Molina que los fondos que aportaría Washington para el Plan de la Alianza de la Prosperidad del Triángulo Norte (centroamericano) estaban condicionados a continuar el combate a la corrupción y a la permanencia de la Cicig.

Pérez Molina, en tanto, negó ayer en su primera declaración ante el juez ser miembro de la red La Línea, y recordó que la decisión de investigar el caso fue el resultado de una reunión que él mantuvo con el titular de la Cicig, el jurista colombiano Iván Velásquez. “Si yo hubiera tenido conocimiento de la red le hubiera dicho (al comisionado) que no estaba interesado” en que se investigara, argumentó.

Velásquez, que colabora con la actual denuncia del Ministerio Público (MP Fiscalía) dijo ayer que la situación patrimonial del ex presidente aún no se investiga, pero entrará en la siguiente fase de las indagatorias si queda ligado al proceso, igual que Baldetti.

“La preocupación de hoy es poder presentar al juez, como se está haciendo, muy fundamentadamente, por qué razón hay mérito para que el señor Pérez Molina sea ligado a proceso”, dijo ayer Velásquez.

Otra de las muchas investigaciones de la Cicig y el MP también afecta a distintas fuerzas políticas, la más impactante contra el partido Líder (Libertad Democrática Renovada) que lleva de candidato a presidente a uno de los posibles favoritos, Manuel Baldizón, cuyo acompañante de fórmula Barquín fue acusado por ese organismo de dirigir una estructura millonaria de lavado de dinero y su participación en las elecciones está aún en manos de la Corte Suprema de Justicia.

Además están acusados por la Cicig siete diputados de Líder, un octavo de otro partido opositor, dos jueces, dos alcaldes –uno de ellos hijo del ex mandatario–, más de 25 trabajadores del Estado y varios particulares.

En los resultados que arrojó la última encuesta publicada el jueves por el diario local Prensa Libre aparece encabezando ajustadamente las preferencias el cómico televisivo Jimmy Morales del Frente de Convergencia Nacional (FCN), con un 25 por ciento, seguido por Baldizón, con 22,9 por ciento y en tercer lugar Sandra Torres, de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), con el 18,4 por ciento.

El diputado y jefe de la bancada de Líder en el Congreso, Roberto Villate, se mostró incrédulo frente a ese sondeo. Morales, en cambio, se mostró entusiasmado y agradeció los crecientes apoyos que está recibiendo, mientras que Torres aseguró que estará en la segunda vuelta electoral ante el virtual empate técnico actual.

La medición fue elaborada por la consultora Pro Datos y se llevó a cabo del 23 al 29 de agosto y tiene un margen de error de 3,1 por ciento.

“Estoy agradecido con Dios porque está bendiciendo nuestro trabajo. También con mi equipo de trabajo y con el pueblo de Guatemala por la confianza que nos ha dado, pues en Prensa Libre se menciona que el factor clave es la confiabilidad”, declaró Morales.

En tanto Torres aseguró a la cadena televisiva CNN que va a estar en la segunda vuelta. “Hoy (por el jueves) se publicó una encuesta donde revela un empate técnico entre los tres partidos,” declaró la candidata.

Villate, en cambio, dijo que tal empate es una fabricación de los encuestadores. “Las elecciones están cerca. Ayer salió en la portada de un diario, igual que en 2007, diciendo que están empatados, pero según nuestros propios pronósticos la intención de voto la encabezan con el 40 por ciento”, declaró el candidato.