EL MUNDO › EL TERCER DEBATE DE LOS DEMóCRATAS

El blanco común, Trump

En el arranque del tercer debate demócrata, los precandidatos dejaron de lado las asperezas y centraron su artillería en el rival republicano Donald Trump. La ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, el senador Bernie Sanders (foto) y el ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley no ahorraron munición contra el magnate, en particular por la polémica propuesta de Trump de vetar el ingreso de musulmanes a Estados Unidos.

El del sábado por la noche fue el tercer cara a cara de los aspirantes demócratas con miras a las elecciones de 2016 y el primero después del sangriento ataque en San Bernardino, California, en el que una pareja terrorista mató a 14 personas.

“Trump se está transformando en el mejor reclutador del grupo Estado Islámico”, dijo Clinton, alegando que el grupo sunnita radical “distribuye videos de Donald Trump insultando a Islam y a los musulmanes, para reclutar jóvenes combatientes”. O’Malley destacó que era imperioso contener el “peligro político” que representan el precandidato republicano y “los líderes inescrupulosos que se proponen dividirnos”. “El símbolo de Estados Unidos no es una valla de alambre de púas, sino la Estatua de la Libertad. No podemos renunciar a nuestros valores ante declaraciones fascistas de millonarios charlatanes. Somos un país mejor que eso”, dijo.

Cuando los precandidatos no se concentraban en atacar a Trump, las diferencias entre ellos quedaron evidenciadas, especialmente cuando se discutió el poder de las grandes corporaciones en las campañas. “Wall Street tiene que ser derribado”, dijo Sanders, porque el poderío económico está corrompiendo al sistema político. Sanders reforzó que su comité de campaña no recibe dinero de las corporaciones ni de Wall Street, pero apuntó que Clinton sí se beneficia de millonarias donaciones.

Las diferencias también se hicieron evidentes cuando Sanders y O’Malley criticaron con acidez las propuestas de Clinton sobre el enfrentamiento al grupo Estado Islámico por su aparente falta de foco. “Estados Unidos no puede al mismo tiempo enfrentar a Bashar al Assad (presidente Sirio) y al Estado Islámico. La prioridad es el Estado Islámico. Vamos a sacarnos de encima a Al Assad más tarde”, criticó Sanders. Clinton, en cambio, insistió en su desacuerdo a enviar tropas a combatir en Siria e Irak, y afirmó que tiene una estrategia para combatir y derrotar al Estado Islámico “sin meternos en otra guerra”, pero no ofreció detalles de la idea.

El debate comenzó un día después del estallido de un escándalo en las campañas del partido Demócrata, por denuncias de que asesores de Sanders accedieron indebidamente a bases de datos electorales organizadas por la campaña de Clinton. Sanders buscó desinflar la cuestión. “No sólo presento mis disculpas a la señora Clinton. También espero que podamos trabajar junto en una auditoría independiente sobre lo ocurrido”, dijo Sanders. En respuesta, Clinton dijo: “Aprecio sinceramente su comentario. Y es importante que avancemos”. La ex secretaria de Estado es favorita con alrededor del 50 por ciento de los apoyos demócratas, seguida por Sanders, quien oscila levemente por encima del 31 por ciento.

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