EL MUNDO › GRECIA REANUDA LAS EXPULSIONES DE REFUGIADOS A TURQUíA

Deportaciones y revueltas

Las revueltas protagonizadas por menores de edad en el centro Moria se dieron en coincidencia con la visita del ministro de Migración griego, Yanis Muzalas, quien recibió botellazos y fue abucheado por los refugiados.

Una revuelta estalló ayer en el centro de detención de refugiados en Moria, en la isla griega de Lesbos, donde grupos de menores de edad exigieron salir del campamento al reiniciarse, luego de dos semanas, la tercera tanda de deportaciones a Turquía.

Los enfrentamientos comenzaron en la sección donde residen los menores que no están acompañados, quienes abrieron un agujero en la valla que los separa del resto de los detenidos para exigir su liberación, según informó la policía local. Los disturbios se dan en coincidencia con la reanudación de las deportaciones a Turquía. Ayer partieron 13 personas desde Lesbos y cinco desde la isla de Quíos inaugurando una nueva fase y sumándose a los 325 que ya pisaron suelo turco.

Si bien aún no hay confirmaciones de heridos o detenidos, imágenes más que elocuentes se divulgaron en redes sociales como Twitter: personas jóvenes transportadas en mantas, incendios y gente con rostros desesperanzados detrás de alambrados de púas.

“Los enfrentamientos continúan, por ahora no tengo más información”, aseguró un policía a medios locales sobre la situación actual en Moria, que se convirtió en centro de detención tras la puesta en marcha del acuerdo de migración entre la Unión Europea (UE) y Turquía, y donde actualmente hay más de 3.000 personas.

Las revueltas se dieron en coincidencia con la visita del ministro de Migración griego, Yanis Muzalas, quien recibió botellazos y fue abucheado por los refugiados.

Sin embargo, la policía local aseguró que la visita del funcionario no fue la causa de estas tensiones, que se acumulan desde hace tiempo, aún cuando el papa Francisco recorrió hace sólo 10 días este campo y en un gesto solidario retornó al Vaticano con 12 refugiados.

Según el diario británico The Guardian, el gobierno de Grecia, que se encuentra en la cuenta regresiva para celebrar las pascuas ortodoxas, intenta apurar las deportaciones y despejar el campo de refugiados de Pireo antes de la llegada del turismo.

Alrededor de 8000 refugiados e inmigrantes se encuentran en las islas griegas, en su mayoría llegados después del acuerdo de deportación entre la UE y Turquía. Hasta el momento y bajo este pacto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) facilitó a cuenta gotas el reasentamiento de sólo 350 sirios que fueron de Turquía a países europeos como Austria, Dinamarca y Alemana, en tanto, esperan que esta semana se reacomoden otras 300 personas, en su mayoría en Francia.

Entretanto, la antorcha olímpica pasó ayer por el campo de refugiados de Eleonas en Atenas, donde un nadador con discapacidad sirio asilado en Grecia portó la llama, y después por la Acrópolis antes de terminar hoy su recorrido por el país heleno.

Ibrahim al Hussein, de 27 años, quien perdió la mitad de la pierna derecha durante un bombardeo en Siria, recorrió con el fuego olímpico el campo de refugiados de Eleonas, donde viven 1.620 personas, principalmente procedentes de Afganistán, rodeado de una multitud de refugiados, cámaras de televisión y periodistas. “Esto es un gran honor para mí y va dedicado a todo sirio y todo árabe que haya pasado por tantas situaciones difíciles”, dijo a los medios locales después de concluir su recorrido, “mi mensaje para ellos es que no se queden en los campos de refugiados sin hacer nada, sino que vayan tras sus sueños”.

Al Hussein, que vive en Grecia desde 2014 y cuenta con estatus de refugiado, cuando llegó en una balsa neumática a las costas de Samos, comenzó a practicar la natación por influencia de su padre desde joven, hasta que tuvo que dejarlo por el comienzo de la guerra en Siria en 2011.

Tras pasar por Eleonas la antorcha continuó su recorrido hasta el centro de Atenas, pasando por la céntrica plaza Syntagma, frente al Parlamento, y desde allí hasta la Acrópolis, donde se realizó un acto frente al Partenón.

La antorcha comenzó su trayecto, tras la ceremonia de encendido en Olimpia, por varios puntos de la geografía griega, en un recorrido que dura seis días y que termina mañana en el estadio Panathinaiko, sede de los Juegos de Atenas de 1896, de los que se cumple el 120 aniversario este año. Hoy la antorcha olímpica hará su último recorrido por Grecia, desde donde viajará a Suiza antes de volar hasta Brasil, país anfitrión de los Juegos Olímpicos, que darán comienzo el 5 de agosto con la ceremonia de apertura en el estadio de Maracaná.

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Alrededor de 8000 refugiados e inmigrantes se encuentran en las islas griegas.
 
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