Miércoles, 27 de abril de 2016 | Hoy
EL PAíS › OPINIóN
Por Pablo Vera *
El lunes 25 de abril pasado leímos con preocupación en el diario La Nación un reportaje que le realizaron a Fernando “Chino” Navarro –integrante de la mesa de conducción del Movimiento Evita y legislador provincial por el Frente para la Victoria–, en el cual parece cuestionar, con especial énfasis, una eventual candidatura de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, indicando que “no sería conveniente”.
En el mismo relato minimiza la importancia de la referencia que ostenta CFK en el campo popular. En la nota de referencia, el compañero Chino Navarro de manera abiertamente contradictoria identifica como positivo el hecho político acontecido el 13 de abril, en el que Cristina se dirigió con sus palabras a miles de manifestantes, pero a la vez, ningunea solapadamente su significado político, indicando que el discurso de Cristina tiene objetivos de mediano y largo plazo, pero existen otras “urgencias”, supuestamente, no expresadas.
Estas urgencias serían, y en esto coincidimos con el legislador bonaerense, las medidas antipopulares que toma el gobierno nacional a cargo de Mauricio Macri y que afectan a la inmensa mayoría de la población, nos referimos al tarifazo en los impuestos, a los despidos, a la inflación, por mencionar los más relevantes.
Nos preguntamos: ¿estas urgencias CFK no las tuvo en cuenta?
Cristina describió acertadamente las trazas más gruesas de la política de ajuste neoliberal que implementa el macrismo y planteó, con la convocatoria a un frente social amplio y heterogéneo en sus protagonistas y prácticas, construir un freno al neoliberalismo.
Una nueva pregunta nos formulamos entonces: ¿por qué el Chino Navarro pareciera desconocer el rol de Cristina?
Creemos que nos acercamos a una posible respuesta si indagamos en el desconocimiento de la relación entre el líder y las masas, presente en nuestra historia y tan cerca del peronismo. Cristina, y Néstor por supuesto, fueron quienes recompusieron la crisis de representación política a partir de 2003, y en ese capital radica la alta convocatoria que tiene Cristina. Raro nos resulta este presunto desconocimiento en compañeros como Navarro que reivindican el peronismo. Y un paso más en la reflexión, su pública posición se sitúa como peligrosa y desconcertante por instalarse como funcional a aquellos que pretenden menoscabar y debilitar el valor político de CFK, y con ello denostar un proceso político de claro signo popular que tuvo lugar entre 2003 y 2015.
A nuestro juicio, Cristina representa el punto más alto de acumulación política para enfrentar al macrismo, no significa que sea la única expresión, pero la que tiene el mayor arraigo.
Defender el árbol de la parcialidad, en la mayoría de las veces, quita la grandeza necesaria para observar el bosque que configura el movimiento nacional.
* Dirigente del Movimiento Evita. Jefe de Gabinete de la Municipalidad de Avellaneda.
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