El estudiante germano-iraní que el viernes asesinó en Munich a nueve personas antes de suicidarse planeó el ataque durante un año y su preparación incluyó un viaje a la escena de una matanza perpetrada en 2009 en una escuela alemana.

El joven de 18 años, nacido y criado en Alemania, redactó un manifiesto sobre el crimen que iba a cometer y que fue encontrado por los agentes durante el registro de su habitación. Es por eso que los investigadores no descartan una vinculación con el autor de la masacre en Noruega hace cinco años, Anders Behring Breivik, que segó la vida de 77 personas y también dejó un escrito sobre su atentado.

Los investigadores también aportaron luz sobre el modo en el que el joven habría conseguido el arma con la que perpetró el ataque. “Hay un historial de chat en la llamada ‘red oscura’ (una especie de internet oculta) que sugiere que adquirió allí el arma”, dijo Heimberger.

Asimismo, el jefe de la LKA apuntó que el joven atacante era muy aficionado a los videojuegos de tipo “ego-shooter”, un género que permite a los usuarios tener una perspectiva muy real mientras empuñan un arma. Dan la posiblidad a los jugadores de ver tanto tiros en primera persona como contar con una cámara que sigue al personaje por la espalda a una cierta distancia.

Las pesquisas realizadas en su vivienda también sirvieron para confirmar que el chico sufría problemas psiquiátricos. Las fuerzas de seguridad indicaron que el joven permaneció ingresado durante dos meses en 2015 debido a un trastorno de fobia social y ansiedad. “Sentía estos trastornos cuando entraba en contacto con otraspersonas”, señaló el fiscal bávaro, Thomas Steinkraus-Koch.

El funcionario público reveló además que el atacante fue víctima de acoso escolar por parte de otros compañeros en el año 2012.

Los investigadores desconocen, sin embargo, si el caso de bullying padecido hace cuatro años estaría relacionado con el tiroteo.

Esta es una posibilidad que en las últimas horas apuntó el diario sensacionalista Bild, asegurando que el joven germano-iraní habría perpetrado el ataque como venganza tras haber sufrido acoso en el colegio. La hipótesis que sí se confirmó es que el autor del ataque creó una cuenta falsa en Facebook que alimentó con datos y fotos de otro perfil.

Las autoridades también revelaron otros detalles de la investigación hasta ahora desconocidos. Entre ellos, indicaron que el joven germano-iraní realizó casi 60 disparos durante el tiroteo. “Fueron encontrados 57 casquillos en el lugar de los hechos, que se corresponderían claramente con el arma utilizada por el agresor”, explicó el jefe de la LKA.

Los padres del agresor, precisaron los investigadores, todavía no han sido sometidos a un interrogatorio policial.

Ayer, las autoridades también facilitaron cifras actualizadas del número de heridos que dejó el tiroteo. Son un total de 35, no 16 como se indicó en un principio, y la vida de tres de ellos corre peligro.

Asimismo, se confirmó que los nueve fallecidos que se cobró el tiroteo eran en su mayoría de origen extranjero. Según datos del organismo, entre los muertos a causa de los disparos se encuentran dos ciudadanos alemanes y otras dos personas con doble nacionalidad turco-alemana.

El resto de víctimas mortales procedían de Hungría, Grecia, Turquía, Kosovo y un último no estaba registrado como ciudadano de ningún Estado.

El brutal ataque ha servido para abrir un nuevo debate en el país. Algunas voces, como el vicecanciller y ministro de Economía, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, se mostraron partidarias de endurecer la legislación sobre la tenencia de armas.

A los mensajes de condolencia expresados desde el extranjero, se sumó ayer el papa Francisco, quien envió un telegrama al arzobispo de Munich para expresarle su pesar por lo ocurrido. A última hora de la tarde de ayer, en la catedral de Munich, se celebró una misa en memoria de los fallecidos.