La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se emocionó ayer al recordar a su padre en un acto público de reconocimiento de responsabilidad de Chile por haber condenado durante la dictadura de Pinochet a 83 miembros de la Fuerza Aérea que se negaron a participar en el golpe de Estado de 1973.

Esto después de que el pasado 3 de octubre la Corte Suprema de Chile anulara el Consejo de Guerra que condenó a esos militares chilenos por “sedición y traición a la patria”, en cumplimiento de un dictamen de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“El Estado de Chile se equivocó gravemente y hoy estamos aquí para reconocer esta responsabilidad y reparar a las víctimas con medidas que permitan restaurar su dignidad violentada”, dijo Bachelet emocionada durante el acto que se celebró en la sede del Congreso en Santiago.

Entre el público había compañeros de armas del general Alberto Bachelet, padre de la mandataria, quienes fueron reparados simbólicamente después de que la CIDH fijara reparaciones a favor de miembros de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) que fueron torturados por negarse a participar en el golpe.

El padre de la presidenta murió el 12 de marzo de 1974, tras sufrir un infarto de miocardio en la Cárcel Pública de Santiago, después de haber sido torturado por dos oficiales de la FACH, por haberse negado a unirse al golpe.

“Gracias a este fallo, otras víctimas de consejos de guerra podrán presentar recursos de revisión y restaurar así su dignidad y honor militar cuando se trate de uniformados”, añadió Bachelet visiblemente emocionada. “Ustedes fueron juzgados y condenados injustamente, se les arrebató aquello que más querían, se les llamó traidores. Hoy gracias a su esfuerzo, coraje y tenacidad, perdón que me emocione. Gracias a su esfuerzo y a su coraje, las cosas vuelven a estar en su lugar”, añadió la jefa de Estado.

“Permitan a esta Presidenta de la República, hija de un general de la Fuerza Aérea que estuvo con ustedes en las mismas celdas, que desde su rol de Gobierno, pero también desde lo más profundo de la historia personal, reconozca lo que ustedes han logrado con una única palabra final: gracias, muchas gracias”, concluyó Bachelet entre lágrimas.

La mandataria aseguró que estas situaciones no la dejan “impávida” puesto que conoció a los asistentes en la cárcel, cuando iba a ver a su padre. “Viví de cerca todo, conocí todo el proceso y, por lo tanto, siempre supe que eran inocentes, entonces es una emoción por la historia personal, porque trae recuerdos y dolores muy grandes, pero también una emoción por ellos y sus familias, de sentirse nuevamente con dignidad”, remarcó.

El comandante de grupo Ernesto Galaz, uno de los afectados, aseguró que la nulidad de las condenas constituye una “reparación espiritual y emocional”. En el acto también participaron Ricardo Lagos Weber, presidente del Senado, a nombre del Poder Legislativo; y Hugo Dolmestch, presidente de la Corte Suprema, en representación del Poder Judicial.