Jueves, 20 de octubre de 2016 | Hoy
El jefe del Ejército brasileño, general Eduardo Villas Boas, reconoció que un capitán de la fuerza fue infiltrado para acciones de inteligencia en los movimientos juveniles que piden la renuncia del presidente Michel Temer. La declaración del jefe militar confirmó la participación de la inteligencia del Ejército durante una manifestación contra Temer el 4 de septiembre en San Pablo, donde antes incluso de la marcha fueron detenidos 26 jóvenes, entre ellos ocho menores, luego liberados porque no había existencia de delito. El general Vilas Boas confirmó que hizo inteligencia militar en los movimientos sociales a pedido de la policía de San Pablo y del gobernador Geraldo Alckmin, uno de los principales apoyos políticos del gobierno de Temer. “Estamos muy tranquilos con nuestro accionar. Estamos cumpliendo nuestra misión”, dijo el jefe del Ejército a la radio Jovem Pan de San Pablo. Según el jefe del Ejército, la acción está absolutamente respaldada por la legislación y por medidas que habían sido adoptadas en virtud de los Juegos Olímpicos de Río, y que además había una situación de seguridad hacia el presidente. “Todo estaba dentro de este contexto”, aseguró.
Según la prensa local, el capitán del Ejército Willian Pina Botelho se infiltró en grupos de izquierda paulistas para informar sobre las manifestaciones contra Temer. El ministro de Justicia de Temer es Alexandre de Moraes, ex secretario de Seguridad de San Pablo. El general desmintió a la policía al afirmar que hubo una coordinador de la inteligencia del Ejército con el gobierno del estado de San Pablo en aquella manifestación realizada contra Temer apenas cinco días después de que fuera destituida por el Senado la presidenta Dilma Rousseff. “Hubo una absoluta interacción con el gobierno del Estado de San Pablo. La gente necesita entender que el Ejército ha sido demandado para el cumplimiento de varias misiones fuera de nuestra esfera de responsabilidad primordial”, completó el jefe del Ejército. El general admitió todo el episodio pero no quiso decirle infiltrado al capitán Botelho. “Hay que destacar que él no estaba infiltrado, estaba monitoreando”, detalló. El Ejército defiende que está protegido por una ley del 2014 que establece directivas de seguridad nacional para actuar por tiempo limitado. El 4 de septiembre unas 100 mil personas marcharon para pedir la renuncia de Temer, precedida por el operativo del capitán infiltrado en los movimientos sociales.
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