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Una nueva encuesta difundida ayer en Brasil ratifica las últimas tendencias del mapa preelectoral. El candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, va primero y detrás lo sigue el candidato oficialista José Serra del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDM). Sin embargo, Lula descendió con respecto a los últimos sondeos, y Serra perdió tres puntos a una semana de su meteórico ascenso. La candidata por el Partido del Frente Liberal (PFL), Roseana Sarney, terminó de desplomarse y cayó al cuarto lugar, detrás del socialista Anthony Garotinho, del Partido Socialista de Brasil (PSB). Al que mejor parece irle a seis meses de los comicios presidenciales es al propio Fernando Henrique Cardoso: un 28 por ciento de la población calificó como “buena” o “excelente” su gestión y la tasa de rechazo a su figura cayó seis puntos. A la vez, anteanoche declinó su postulación por el PMDB “disidente” (no gubernamental) el ex presidente Itamar Franco, lo cual facilita aún más el camino para la alianza entre el PSDB y el PMDB.
Según el sondeo divulgado ayer por el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope), se constata un descenso en la popularidad de Lula, cuyo índice de apoyo bajó del 31 al 24 por ciento, aunque continúa como el favorito para ganar las elecciones presidenciales de octubre próximo. En segundo lugar aparece el socialdemócrata José Serra: el candidato de Fernando Henrique Cardoso saltó del 5 al 16 por ciento de las preferencias, con una ligera ventaja sobre el gobernador de Río de Janeiro, el socialista Anthony Garotinho, quien también aumentó su tasa de respaldo del 9 al 14 por ciento. Estos últimos números no contemplan un dato: la retirada de la candidatura del gobernador de Minas Gerais y ex presidente Itamar Franco, quien representaba a la línea no gubernamental del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), anunciada en la noche del miércoles. Pero, según Ibope, tal anuncio no modificaría el actual panorama preelectoral, que vaticina una segunda vuelta entre Lula y Serra.
El índice de preferencias por la gobernadora de Maranhao, Roseana Sarney, volvió a caer del 16 al 13 por ciento, declive que se sostiene tras el escándalo que involucró en sospechas de corrupción a su marido. Aunque el principal beneficiado de su caída parece haber sido Serra, el analista Ney Figueiredo advierte que el descenso que experimentó el candidato oficial puede deberse a las acusaciones de espionaje atribuidas a agentes del PSDB en el caso Roseana. El senador y ex presidente de Brasil José Sarney lanzó el martes un duro ataque contra el gobierno: lo acusó de armar el operativo policial para perjudicar la candidatura de su hija Roseana y favorecer la de Serra. Sarney llegó a amenazar con solicitar a las Naciones Unidas y a la Organización de Estados Americanos (OEA) el envío de observadores para vigilar la limpieza de las elecciones presidenciales, lo cual fue rechazado de inmediato por Cardoso. Serra dio a conocer una nota oficial en la noche del miércoles, en la que tildó de “inconsistentes, irrelevantes y hasta locas” las acusaciones de Sarney, y sostuvo que las denuncias se “basaron en fantasías o en chismes”.
La encuesta también dio cuenta de un aumento en el apoyo popular al presidente Cardoso, quien pasó de 21 por ciento de opiniones favorables al 28 entre diciembre y marzo, mientras las opiniones negativas cayeron de 37 a 31 por ciento en ese período. Este dato parece ser un buen augurio para Serra.