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Las muertes de dos militantes del oficialismo y uno de la oposición liberal ensombrecieron los comicios presidenciales de ayer en República Dominicana, que registran una masiva y entusiasta asistencia entre denuncias aisladas de dificultades para votar. El proceso fue marcado por acusaciones mutuas de conspiraciones entre los dos candidatos con posibilidades de triunfo: Leonel Fernández (foto), del Partido de la Liberación Dominicana (PLD, liberal), y el presidente Hipólito Mejía, candidato por el (PRD, socialdemócrata), en ese orden, según los sondeos más importantes. “Nuestros reportes preliminares nos indican que militantes del PRD y del PLD entraron armados al colegio electoral de la ciudad de Barahona y una discusión no esclarecida desató el incidente”, confirmó Javier Cabreja, director ejecutivo de Participación Ciudadana, organismo de observación de los comicios. Durante la jornada, la Junta Central Electoral (JCE) impuso por decreto una cadena nacional a la radio y televisión estatal, para emitir los boletines oficiales, estableciendo que los medios privados podrán adherirse a voluntad, pero prohíbe que divulguen otros resultados antes del tribunal. La Junta Electoral prometió resultados cuatro horas después del cierre de los comicios, pero los observadores consideran que los datos decisivos de la contienda se conocerán recién hoy. La Ley Electoral, que ordena una segunda vuelta en 45 días si ninguno de los contendientes alcanza 50 por ciento más uno de los sufragios, prohíbe divulgar encuestas a boca de urna y conteos rápidos antes del resultado oficial.