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Por Andrew Buncombe*
Desde Washington

Hace seis meses, John Kerry tuvo que hipotecar su casa en un esfuerzo para seguir en carrera hacia la Casa Blanca. Ahora ha logrado el record de ser el candidato opositor mejor financiado de la historia en campañas presidenciales. Los últimos datos revelan que, desde que se convirtió en el candidato demócrata para enfrentar a Bush, las arcas de Kerry han recibido un extraordinario empuje.
En meses recientes, Kerry ha sobrepasado en sus gastos al altamente financiado George Bush. En marzo, Bush gastó un total de 50 millones de dólares en publicidades para atacar a Kerry, mientras que el candidato demócrata gastó sólo 14,6 millones, al tiempo que emergía de la temporada de elecciones primarias. En abril, Bush gastó 31 millones mientras que Kerry gastó 35 millones de dólares. El mes pasado, Kerry sobrepasó en gastos al presidente, por 32 millones contra 22 millones, en tanto activistas y voluntarios trabajaban fervientemente para permitir a Kerry competir en términos más justos con Bush, quien recolectó en tiempo record 213 millones de dólares para financiar su reelección.
Mientras se estima que Bush ha logrado engrosar dos veces su financiación, los colaboradores de Kerry afirman que la diferencia con el candidato demócrata es cada vez menor. “Estamos estrechando la brecha”, dijo al New York Times Peter Maroney, que trabaja para la Comisión Nacional Demócrata. “Ellos están escuchando nuestras pisadas.”
En algún punto, la vuelta de tuerca en las finanzas de Kerry no se esperaba. Cada elección presidencial cuesta más que su predecesora, y quienquiera que fuera elegido como el candidato de los demócratas –Kerry tiene que ser todavía elegido formalmente– habría recibido millones de dólares, en tanto el partido puso todas sus fichas en desplazar a Bush. Pero numerosos observadores dicen que el logro de Kerry ha sido extraordinario, especialmente teniendo en cuenta el mal estado de sus cuentas durante el año pasado, cuando se vio forzado a hipotecar su casa en Massachusetts por préstamos para su campaña de 6,4 millones de dólares. En mayo alcanzó su meta de recolectar 100 millones –meses antes de lo estipulado–.
Los colaboradores de Kerry dijeron que la afluencia de dinero se debe, en parte, a que el país está tan polarizado respecto de echarlo a Bush. Pero Kerry también ha usado nuevas tácticas de recolección de fondos, incluyendo internet, un truco que tomó del anterior candidato demócrata Howard Dean, quien consiguió millones de pequeñas donaciones reunidas online. David Thorne, un asesor de Kerry y cuñado de su primer matrimonio, dijo: “Esto fue un nuevo fenómeno y nadie que haya crecido en el ambiente tradicional de campaña política creía realmente que podría ocurrir. Nosotros continuamente insistimos a John con que mencionara la dirección del sitio web. No creo que muchos se sintieran cómodos con eso”. El incremento de los fondos cambió muchas cosas en la campaña. Ha sido posible que extendieran la cantidad de personal, contrataran expertos, gastaran más en sombreros, remeras y banderas, y gastaran 43 millones de dólares en avisos de televisión desde mayo.
Los límites en la suma que un individuo puede aportar a la campaña implican que Kerry sólo puede recibir algún apoyo muy leve de su mujer, Teresa Heinz Kerry, heredera de la fortuna Heinz. Los Angeles Times informó ayer que, a través de una red de inversiones en corporaciones, emprendimientos de capital de riesgo, y bonos municipales, Kerry controla una fortuna estimada en 1 billón de dólares. Si Kerry resultara elegido en noviembre, podría ser la pareja más rica en ocupar la Casa Blanca.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Alicia B. Nieva.