EL MUNDO › BUSH DEFENDIO EN LA ONU LA OCUPACION IRAQUI Y LLAMO A LUCHAR CONTRA EL TERROR
El año verde que George W. pasó en Bagdad
La invasión fue legal, Irak es un país democrático, y en vez de albergar a terroristas, lucha contra ellos. Estos fueron parte de los dichos de Bush ayer en la ONU, a la que despreció al lanzar la guerra y ante la que pronunció un sermón antiterrorista.
Por José Manuel Calvo*
Desde Washington
George W. Bush defendió ayer ante la asamblea general de la ONU que la guerra de Irak fue el desenlace de las “graves consecuencias” que el Consejo de Seguridad había prometido a Saddam Hussein si no cumplía con sus obligaciones. Bush, atento a las elecciones de dentro de seis semanas, dijo que Irak está “en el camino de la democracia” y reclamó un mayor compromiso de la ONU con el país. En su discurso de 24 minutos, el presidente abogó por luchar “con justicia y dignidad contra el radicalismo y el terror, para conseguir una verdadera paz fundada en la libertad” y pidió a la comunidad internacional más energía contra el terrorismo y el apoyo a misiones como la lucha contra el sida o el cese de la violencia en Sudán.
“Cuando hablamos de consecuencias graves, deben ser graves, por el bien de la paz. Por eso una coalición de naciones hizo cumplir las justas exigencias del mundo.” Una semana después de que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, reiterara que la invasión de Irak había sido ilegal —y apenas tras escucharlo decir que “el imperio de la ley está en peligro en todo el mundo”–, el presidente estadounidense mantuvo el argumento sostenido por los gobiernos que apoyaron la guerra: la resolución 1441 y otras anteriores daban la cobertura legal suficiente para el ataque y la invasión “ayudó a que el pueblo iraquí se librara de un dictador que estaba fuera de la ley”. Además de discutir con la parte de la comunidad internacional que discrepa radicalmente con él –porque los argumentos de la guerra sobre las armas y la conexión con Al Qaida se han mostrado falsos–, Bush estaba ayer contestando al demócrata John Kerry, que el día anterior lo había acusado de engaños, arrogancia e incompetencia y había afirmado que no valía la pena cambiar a un dictador por el caos que vive Irak.
Los dos candidatos han apostado por convertir la guerra en el principal campo de batalla de las elecciones y Bush reiteró su visión: tanto ese país como Afganistán están ahora mejor de lo que estaban y la ONU debe responder a las peticiones del primer ministro iraquí –que hablará mañana ante la Asamblea– y “hacer más para ayudar a construir un país seguro, democrático, federal y libre”.
“Un Irak democrático tiene enemigos despiadados”, continuó Bush, que acusó a Al Qaida y sus aliados de estar detrás de los atentados suicidas en Irak y mencionó la decapitación, anteayer, de un rehén estadounidense. “Como hemos visto en otros países –dijo, aludiendo a España–, uno de los principales objetivos de los terroristas es sabotear, alterar e influir en los resultados electorales. Los atentados aumentarán a medida que se aproximan las citas electorales en Afganistán e Irak (...) Estas dificultades no cambiarán nuestra convicción de que el futuro de los dos países es un futuro de libertad: los apoyaremos hasta que sus esperanzas de libertad se colmen”, añadió. “Todos nos jugamos mucho en el éxito de las democracias más jóvenes del mundo (...) No hace mucho, los regímenes fuera de la ley de Kabul y Bagdad amenazaban la paz y patrocinaban a los terroristas, desestabilizaban una zona vital y aterrorizaban a sus ciudadanos. Hoy están en el camino hacia la libertad y la democracia, sus gobiernos no amenazan a otros países y en lugar de ser refugio de terroristas, combaten contra ellos.”
Bush evocó la reciente matanza de niños en Beslán y citó el comentario, en el cementerio, de una de las mujeres rehenes en la escuela y cuyo sobrino murió: “¿Qué habían hecho estos niños? Esos niños rusos no habían hecho nada para merecer los sufrimientos horribles y el terror y la muerte. La gente de Madrid y de Jerusalén, de Estambul y de Bagdad no había hecho nada para merecer las muertes imprevistas e indiscriminadas”. Elpresidente norteamericano advirtió después: “Estamos decididos a destruir las redes terroristas allí donde se encuentren, y EE.UU. agradece la cooperación de todos los países”. Específicamente, Bush dio las gracias a los soldados de los países que han participado en las guerras de Afganistán e Irak y también al personal de la ONU víctima de los atentados en ambos países, con una mención especial a Sergio de Mello, enviado especial en Irak y muerto en el verano del 2003 en Bagdad.
Sobre el conflicto entre los palestinos e Israel, Bush pidió a los líderes internacionales que no respalden –en clara referencia a Yasser Arafat– a los dirigentes que “les fallan a sus pueblos y traicionan sus causas”. El presidente hizo un llamamiento a Israel para congelar los asentamientos, desmantelar los considerados ilegales y acabar con “la humillación diaria del pueblo palestino” y al gobierno palestino y a los países árabes para cortar todos los lazos con organizaciones terroristas.
En la parte más conciliadora, Bush dijo que “el gran objetivo es construir un mundo mejor” y desgranó –bajo el epígrafe común de la creencia en la dignidad humana– el compromiso de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, contra el tráfico de personas y contra la corrupción, a favor del alivio de la deuda de los países pobres, de la intervención para frenar “el genocidio de Sudán” y de los derechos de las minorías y las mujeres. Bush acabó confiando en que “este nuevo siglo será el siglo de la libertad”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.