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Por Walter Oppenheimer*
Desde Londres

El ala izquierda consiguió el domingo por la noche que el Congreso someta a votación el jueves una moción que pide la retirada de las tropas británicas de Irak. La moción no tiene aparentemente ninguna probabilidad de ganar, pero el nivel de su respaldo permitirá medir hasta qué punto ha calado la hostilidad hacia la guerra en el laborismo y también cuáles son los humores de la base respecto a su líder, Tony Blair.
La moción enumera los enfrentamientos entre las tropas angloamericanas y “la resistencia iraquí” en Najaf, Diwaniya, Sadr City y Faluja, recuerda que ha habido ya más de 1000 muertos entre las tropas de Estados Unidos “y al menos 10 veces más entre los iraquíes”, subraya que el nuevo gobierno iraquí ha reintroducido la pena de muerte “no sólo en casos de asesinato” sino por el vago delito de “poner en peligro la seguridad nacional” y constata que la falta de pruebas sobre los arsenales iraquíes ha sido confirmada por los últimos informes oficiales. “Esta conferencia hace un llamamiento al gobierno británico para que reconozca que la continuación de la ocupación de Irak es injustificablemente destructiva tanto para las vidas como para los recursos y hace un llamamiento al primer ministro para que fije una fecha para la retirada de las tropas británicas”, concluyen. Una segunda moción presentada ante los congresistas pide que las fuerzas británicas “se retiren lo antes posible pero sólo de acuerdo con los deseos del nuevo gobierno electo iraquí”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.