EL MUNDO
Memoria y homenaje en la AMIA
Momentos de profunda emoción se vivieron ayer en la sede de la AMIA, en la ciudad de Buenos Aires, cuando una sobreviviente de Auschwitz dio su testimonio durante un homenaje realizado a las víctimas del Holocausto, a 60 años de la liberación de ese campo de exterminio. En el breve acto, del que participaron dirigentes e integrantes de la comunidad judía argentina, Eugenia Unger –quien era una niña de sólo 13 años cuando fue llevada al mayor campo de concentración de Polonia– dijo que, a pesar de las décadas que transcurrieron, aún no pudo “salir de Auschwitz, ni entender el porqué”. La mujer, que aún lleva grabada en su piel la marca del horror con el número 48914 en su brazo izquierdo, encendió una de las seis velas por cada millón de personas asesinadas por el nazismo, acompañada por dos niños, “símbolos de la continuidad del pueblo judío”.