EL MUNDO
› TABARE VAZQUEZ ASUMIO COMO EL
PRIMER PRESIDENTE DE IZQUIERDA DE URUGUAY
“Ya tienen un compañero presidente”
En medio de una fiesta continua, con cientos de miles de personas en la calle siguiendo sus pasos, Tabaré se comprometió a “buscar la felicidad del pueblo” ante el presidente de la Asamblea Legislativa, el ex tupamaro José Mujica. Ya normalizó las relaciones con Cuba, rotas por Batlle.
› Por Martín Granovsky
Entró acompañado por José “Pepe” Mujica. El senador vestía camisa blanca impecable, el pelo despeinado. Iba con su chuequera y sus pestañas que hacen recordar los ojos de Arturo Jauretche. El presidente electo llevaba traje azul y su jopo bien peinado. Tabaré Vázquez fue el gran protagonista del día. Mujica, el símbolo de la construcción política que sirvió para llegar al gobierno y debería ser útil para mantenerlo. Tabaré empezó las ceremonias declarando que cumplirá la Constitución y terminó a la noche con un gran acto frente al Palacio Legislativo en el que dejó una frase con reminiscencias de Salvador Allende: “Desde hoy ustedes tienen un compañero presidente”.
Vázquez vivió el día a los abrazos. Con todos sus compañeros de coalición, y también con Jorge Larrañaga, el candidato blanco que salió segundo el 31 de octubre. Hubo un abrazo largo con Mario Benedetti, uno de los invitados especiales, quizás el uruguayo más querido en el mundo junto con Eduardo Galeano y, desde hace pocos días, con Jorge Drexler.
“Libertad, libertad, orientales/ este grito a la patria salvó”, cantaron el himno los uruguayos. Después subieron el tono en esa parte que dice dos veces “tiranos temblar”.
En Uruguay no hay juramento sino un compromiso por el honor en el que, por fórmula, Dios no figura.
“Tiene la palabra y el abrazo de un viejo compañero que le grita gracias a la vida por haber llegado hasta acá”, presentó Mujica a Tabaré.
“Yo, Tabaré Vázquez Rosas, me comprometo a desempeñar el cargo que se me ha confiado, y juro trabajar incansablemente por la felicidad del pueblo uruguayo”, dijo el nuevo presidente puesto por el Frente Amplio, que fue fundado en febrero de 1971 y el 31 de octubre último ganó por el 50,8 por ciento de los votos sin segunda vuelta. Varias veces Vázquez habló del derecho a la felicidad en lo que sonó a la declaración de principios de la Constitución norteamericana.
“Yo sé que en Uruguay tenemos una tradición”, dijo Mujica, que intervenía como maestro de ceremonias. “Cuando llega un gobierno, cualquiera sea ese gobierno, siempre abrimos un compás de expectativa. Y sé que después vendrán, inevitablemente, las horas de las diferencias. Pero que nunca sean tan grandes como para que terminemos hipotecando el futuro. Y lo dice –dijo Mujica, 14 años preso en dictadura– quien carga con las mataduras en el lomo. Por eso, gracias. Tengo confianza en lo más importante, que está afuera. Hoy hay un presidente que va a ser un presidente de todos. Así lo espero. Que nunca lo olvidemos.”
“Es la primera vez que hablo en este recinto, y seguramente será la última”, empezó Tabaré. Luego enhebró un discurso que recogió aplausos cuando mencionó los derechos humanos (“Es necesario y posible aclarar esas zonas oscuras del pasado”), cuando rescató el principio de no injerencia externa en los asuntos uruguayos y cuando trajo de vuelta a José Artigas.
Los invitados extranjeros estaban en un palco. Néstor Kirchner, en su segunda asamblea legislativa del día, se ubicó entre el venezolano Hugo Chávez y el boliviano Carlos Mesa, y asintió cuando Tabaré dijo que quiere “más y mejor Mercosur”. También asintió Luiz Inácio Lula da Silva. Al final, Fidel Castro no vino, decisión que tomó, de acuerdo con el canciller Felipe Pérez Roque, “por prescripción médica”. El ministro fue el que firmó con Tabaré el acuerdo reanudando las relaciones diplomáticas que rompió Jorge Batlle. “Recibo otra vez aquí al pueblo cubano”, dijo Tabaré.
Vázquez extendió el significado de la palabra “libertad”. “Libertad para ser felices, libertad para colaborar en la construcción de un mundo donde a nadie se le prive de la posibilidad de ser feliz”, insistió a laJefferson. Y amplió el sentido del combate contra la corrupción. Dijo que también será un blanco “la administración desaprensiva del Estado”.
Artigas apareció con la famosa anécdota sobre la pregunta hecha ante alguien que lo visitó en su exilio paraguayo: “¿Así que mi nombre todavía suena por allá?”. Tabaré completó: “Por cierto que su nombre suena todavía, y suena fuerte”.
Fue el momento más emotivo de su discurso en el Parlamento, junto con la promesa de construir “un Uruguay donde nacer no sea un problema, donde ser joven no sea sospechoso y donde envejecer no sea una condena”.
Esa frase fue la que permitió otra de Mujica. “Damos por levantado el acto”, dijo, y marca una pausa larguísima. “Y que el futuro nos ilumine a todos.”
Entre esa ceremonia y el acto de la noche Tabaré recibió la banda de manos de Batlle y pasó revista a las tropas. Hubo dos detalles interesantes. El primero, que el gabinete y los principales dirigentes son un grupo de antiguos exiliados o presos durante la dictadura que terminó hace 20 años. La ministra de Defensa fue abogada de presos políticos. El segundo, que al final del desfile militar pasaron gauchos a caballo (uno con un perro atado) y carros con chicos que llevaban banderas del Frente Amplio o camisetas de fútbol. El desfile no fue solo militar.
El acto de la noche mostró el frente del Palacio Legislativo iluminado de azul, blanco y rojo, en un trabajo de la misma empresa brasileña de Rock in Rio. Como el 31 de octubre, había una bandera por uruguayo. “Los países son no solo su superficie, no su bandera, no su escudo”, dijo. “Son todo ello pero más: son su gente.”
Vázquez, oncólogo, 65 años, fundó un club de barrio, El arbolito, en el barrio de La Teja, y fue intendente de Montevideo. Dijo: “Sé lo que es trabajar por la vida desde la medicina. Lo que es trabajar por un barrio. Por un departamento desde la intendencia. Ahora les pido que me ayuden, porque quiero trabajar por el país desde el gobierno nacional”.
Antes de la frase de tono allendista sobre el compañero presidente también anunció: “Sé el significado de la palabra compañero”.
Lanzó medidas sobre derechos humanos (de las que se informa aparte), un plan de emergencia contra la pobreza y también anunció la convocatoria a discusiones salariales. Una de las promesas más aplaudidas fue la de estimular la producción de caña de azúcar en Bella Unión, la zona donde comenzaron las luchas campesinas en la década del ‘60.
Vázquez anunció que creará un organismo nuevo en la Cancillería. “Los uruguayos del exterior son el 15 por ciento del país. ¿Cómo no vamos a tener un departamento especial para atenderlos?”. Fue el prólogo institucional para anunciar que ya firmó “un proyecto de ley estableciendo un voto epistolar para los compatriotas que no tengan la ciudadanía suspendida”.
Tabaré dijo que esperaba el apoyo de los otros partidos políticos para aprobar la nueva ley, por la que de paso la coalición de izquierda se garantizará una reserva permanente de votos, aprovechando que la mayoría en el exterior también es del Frente Amplio.
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