Mié 02.03.2005

EL MUNDO • SUBNOTA  › OPINION

PORTENTOSO

› Por J. M. Pasquini Durán

Es mucho más que una victoria electoral, pese a que ese único dato alcanzaría para justificar toda la atención mundial que recibe y el festival popular que acompaña la asunción del Frente Amplio al gobierno de Uruguay. El triunfo en las urnas fue tan portentoso que no sólo ganó la Presidencia del país sino también las mayorías legislativas y quebró una tradición esclerotizada de bipartidismo que hasta no hace muchos años podía ser percibido como un sistema inconmovible.
En esa visión congelada del proceso histórico, el suceso reiterado del Frente Amplio en el gobierno de la ciudad de Montevideo parecía, por un lado, el “techo” de esa fuerza política y, por el otro, el umbral hacia divisiones previsibles de toda coalición de izquierda cuando llega a posiciones significativas. Los dos pronósticos resultaron errados.
Aquí aparece otro de los costados conmovedores de esta experiencia política de tres décadas: ni las derrotas ni las victorias pudieron quebrar la voluntad coaligada de diversas fracciones de la izquierda uruguaya. Resistió inclusive las mutaciones internas, en las que el Partido Comunista perdió la hegemonía frentista y no se fugó ni fue humillado por los sucesores.
Tampoco nadie se espantó porque algunos de los candidatos más votados en las últimas elecciones sean históricos dirigentes de la agrupación insurreccional Tupamaros, que dejaron las armas y decidieron competir en los términos de la democracia convencional. Un camino más largo con la mirada puesta en el mismo horizonte. El primer acto del flamante gobierno fue reanudar relaciones diplomáticas con Cuba, todo un gesto.
Es tan formidable el suceso (“jornada histórica” la llamó el servicio de noticias CNN) que dan ganas de cerrar los libros de historia o de abandonar los detalles de la marcha de otros gobiernos que llegaron con expectativas similares a las que hoy calientan los corazones uruguayos y de la izquierda continental. Si el Frente usa la inteligencia y la paciencia con las que construyó el acceso al escalón más alto de las instituciones republicanas, quizá pueda superar las enormes dificultades que le esperan en el futuro. Pasado y porvenir amanecerán hoy cubiertos por la polvareda del entusiasmo popular y está bien. Que nada, ni los presagios más científicos, acalle la fiesta.

Nota madre

Subnotas

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux