EL MUNDO
› HABLA HORACIO SERPA, CANDIDATO CENTRISTA EN COLOMBIA
“No es posible una paz con hambre”
Ya perdió una elección y las encuestas lo ubican detrás del antiguerrillero Alvaro Uribe, pero el liberal Horacio Serpa no pierde las esperanzas de ser elegido presidente de una Colombia desgarrada por la violencia. En este reportaje de Página/12 explica sus soluciones.
Horacio Serpa se presenta por segunda vez como candidato a la presidencia por el Partido Liberal colombiano. En 1998 llegó a la segunda vuelta con Andrés Pastrana, que le arrebató la presidencia como el agente de una “nueva revolución”. Sobre Serpa recayó la mala prensa de haber sido mano derecha del “narcopresidente” Ernesto Samper (1994-1998) cuando era su ministro del Interior. Pero desde la asunción de Pastrana a la presidencia mucho ha cambiado: la entrega de la zona de distensión del Caguán a la guerrilla, las truncas conversaciones de paz y el fin de la zona de despeje y de las negociaciones el pasado 20 de febrero. Serpa pregona la salida negociada con las FARC; en la recta final de la campaña electoral se ha reñido en acusaciones mutuas con su principal rival, Alvaro Uribe, antiguo compañero de partido y hoy el hombre identificado como “mano dura” con la guerrilla. La última encuesta nacional realizada a fines de abril ubica a Uribe primero en intención de voto (47 por ciento) y a Serpa en segundo lugar (un 27 por ciento) –con un repunte serpista de cinco puntos y un descenso de Uribe, aunque éste se ha mantenido alrededor del 50 por ciento en los últimos meses–. Horacio Serpa dialogó con Página/12 sobre su proyecto político.
–¿Por qué la gente lo elegiría a usted?
–Porque mi proyecto político es democrático, de profundo contenido social, que buscará acabar la guerra y encontrará en la solución de los problemas más graves del pueblo colombiano el camino de la reconciliación. Por otra parte, porque soy la persona si se quiere más experimentada del país, mi experiencia y mi liderazgo tienen pleno reconocimiento, porque soy un político transparente. El conjunto de todas esas condiciones van a permitir mi elección como presidente.
–Usted ha planteado una solución negociada con la guerrilla. El cese de fuego, ¿sería un requisito o parte de las negociaciones?
–Si hay esa posibilidad, sin duda la tomaré. No veo condiciones. Pero hay que crearlas hacia futuro. Tiene que hacerse un proceso muy diferente al que se cumplió en el Caguán, porque ese proceso en medio de la guerra fue lo que dio atrás con los deseos de paz. De manera que paz con guerra es incompatible, hay que abandonar los comportamientos terroristas y lograr unos parámetros de convivencia nacional para poder negociar.
–¿Qué haría con los paramilitares?
–Voy a combatirlos, igual que a la guerrilla. Si se adelanta un proceso de paz exitoso con la guerrilla, habrá que hacer acuerdo con los paramilitares, porque si no la paz va a ser incompleta.
–¿Cómo se llega a un proceso de paz exitoso con las FARC?
–Hay que esperar, todavía no hay condiciones para eso. Todo depende si la guerrilla asume con realismo la situación de que no se va a poder tomar el país por medio de las armas.
–¿Cree que hay que mejorar la capacidad del ejército?
–Sí, hay que pertrecharlo mejor. Yo no creo en ejércitos gigantes, pero sí en ejércitos bien preparados, modernos, con transporte, información, con inteligencia; de fácil movilización. Ese ejército sería capaz de derrotar a la guerrilla, a los paramilitares y al narcotráfico. Hay que invertir en seguridad, y darle más contundencia al ejército colombiano, pero también hay que ver que tenemos muchos problemas sociales y que no hay paz con hambre, ni con desempleo o discriminación.
–¿Cómo va a enfrentar la actual campaña dinamitera contra la infraestructura civil que están desarrollando las FARC?
–Con la fuerza pública, con la inteligencia, vigilancia y prevención; esa es la forma de evitar que continúen destruyendo el país.
–¿Cómo ve que Estados Unidos destine fuerzas a la protección del oleoducto de Caño Limón?
–Lo que se ha propuesto no es que sea con soldados extranjeros, sino que ellos cooperen para que unidades del ejército colombiano hagan la vigilancia. Yo no estoy de acuerdo con que vengan tropas extranjeras a Colombia. –¿Cómo sería la veeduría internacional que usted propugna?
–Estoy de acuerdo con la intermediación internacional, pero eso depende de que una propuesta de esa naturaleza sea aceptada tanto por el gobierno como por la guerrilla. En este momento, no hay un ambiente para eso.
–¿Qué haría con los congresistas secuestrados?
–Justamente estoy en la ciudad de Neiva, donde viven tres de los parlamentarios liberales que se encuentran secuestrados; estoy pidiendo una convención humanitaria a nivel internacional, para que destraben su liberación, y la de todos los secuestrados.
–Pero ¿aceptaría el canje por prisioneros rebeldes?
–Aceptaría una misión de tipo humanitario.
–¿Cómo explica el ascenso que tuvo Alvaro Uribe?
–Eso fue consecuencia de los errores que se cometieron durante el proceso de paz, de la arrogancia de la guerrilla, de la debilidad del gobierno de Pastrana y de la forma emocional del pueblo colombiano que en un momento pensó que la manera de encontrar solución era la propuesta autoritaria de Uribe. Eso ya se está decantando, ya está pasando. Por eso yo tengo la plena seguridad de que voy a ser el próximo presidente de Colombia.
Reportaje: Mercedes López San Miguel