EL MUNDO › LOS MAS RICOS DISCUTEN SOBRE AFRICA Y EL CLIMA GLOBAL
Calentando la agenda del G-8
“Nuestra economía es tan grande en comparación con la del resto del mundo que la ayuda sería calificada de imperialista”, respondió a modo de excusa ayer el director de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE.UU., Andrew Natsios, a las demandas de distintos grupos sociales para aumentar la ayuda financiera del G-8 a Africa. A pesar que todavía no se acuerda en cómo se efectuará esta ayuda, la falta de consenso para la reunión del miércoles en Gleneagles, Escocia, existe en torno del problema del calentamiento global, ya que Washington es el único de los miembros que no adhirió al Protocolo de Kyoto.
Así lo quiso dejar en claro el presidente francés Jacques Chirac, en Rusia, en una reunión con su par ruso, Vladimir Putin, y el jefe de gobierno alemán, Gerhard Schroeder: “Hemos tenido algunas discusiones difíciles pero parece que nos dirigimos hacia un acuerdo”. Asimismo, en esta cumbre no oficial acordaron apoyar el miércoles un programa de ayuda que consiste en destinar a los países más necesitados de Africa un 0,5 por ciento del PBI para 2010 y un 0,7 para 2015. En tanto, el presidente George Bush aseguró que no firmaría ningún acuerdo internacional legalmente vinculante que “se parezca a Kyoto” al detener el cambio climático y, en vez, favorecer la cooperación en “tecnologías”, incluyendo “más energía nuclear”.
La reunión anual de los países más ricos del globo –Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Estados Unidos y Rusia– llega en medio de la crisis de la Unión Europea, tras el rechazo a la Constitución del bloque en Francia y Holanda y, también, de la tensión de las últimas semanas entre el primer ministro y anfitrión, Tony Blair, y Chirac por el presupuesto de la UE. En este tema, Blair podría contar con el apoyo de Washington –al igual que el del Kremlin–, que también aboga por una reducción de los subsidios al agro europeo, especialmente el francés. Bush ayer afirmó que estaría dispuesto a quitar los subsidios a los productores agropecuarios estadounidenses para ayudar a los productores africanos “si nuestros buenos amigos en la Unión Europea” hacen lo mismo.