EL MUNDO
Lula a prueba de balas
El presidente Inácio Lula da Silva no sólo logra sobrevivir la peor crisis política de su gobierno, sino que hasta sale favorecido. A pesar de las denuncias lanzadas contra el gobierno, la popularidad del desempeño personal de Lula aumentó del 57,4 por ciento en mayo al 59,9 por ciento en julio. Si las elecciones se realizaran hoy, el presidente sería reelegido.
Mientras Lula disfruta de una tregua en París, en Brasil siguen los cambios. Su vocero, Andrés Siger, anunció que los ministros de Coordinación y Política, Aldo Rebelo (Partido Comunista), y Eduardo Campos (Partido Socialista), de Ciencia y Tecnología, retornarán al Congreso como parte de la modificación de gabinete. El ministro de Comunicación, Luiz Gushiken, uno de los hombres de confianza de Lula implicado en los casos de irregularidades, fue bajado al rango de secretaría que depende del gabinete. Por su parte, el opositor Partido del Frente Liberal (PFL) expulsó ayer al diputado conservador Joao Batista Ramos da Silva, que anteayer había sido detenido en una avioneta con cerca de tres millones de dólares que pertenecerían a la Iglesia Universal, aunque esto no puede ser probado.