EL MUNDO › DISTURBIOS EN BERLIN CONTRA LA POLITICA BELICA DE EE.UU.
Bush llegó a Alemania, un país enemigo
Por John Hooper
Desde Berlín
La policía alemana chocó con varios cientos de manifestantes en el centro de Berlín anoche, minutos después que el presidente Bush llegara para comenzar su gira de una semana por Europa. Manifestantes encapuchados aparecieron de pronto cuando una manifestación pacífica estaba llegando a su fin, quemaron la bandera norteamericana y tiraron botellas y palos antes de arremeter contra una formación policial en uniformes antimotines. La policía estaba custodiando un punto que lleva a Unter den Linden, la avenida que corre por el centro de la ciudad. A menos de una milla de distancia, en la otra punta de la avenida, Bush se estaba reuniendo con el canciller, Gerhard Schroder, para una cena informal en una área sellada por la policía.
Más de 10.000 policías estaban de guardia, el mayor número de policías desplegado en la ciudad desde la época nazi. La policía estimó que menos de 10.000 manifestantes habían concurrido a la marcha. Algunos llevaban carteles con un retrato de Bush y las palabras “indeseable belicista”, mientras otros pedían cosas que iban desde una Palestina libre a la abolición de la pena de muerte. El hecho que Bush comenzara su gira en una ciudad cuya división durante la Guerra Fría probaba la determinación de Washington a detener el comunismo puso de relieve un tema fundamental de su visita: la deuda que Europa occidental tiene con Estados Unidos. Bush debía hablar al parlamento en el edificio del Reichstag antes de volar hacia Rusia, Francia e Italia. Antes Schroder había dicho que el presidente Bush era un amigo de Alemania “extremadamente bienvenido”. El canciller advirtió a los manifestantes que mantuvieran sus reuniones y marchas en paz, añadiendo que debían el derecho a reunirse, en gran parte, a Estados Unidos. “En épocas críticas, los norteamericanos estuvieron aquí en Berlín para garantizar ese derecho. Aquellos que ahora hacen uso de él deberían estar agradecidos”, dijo.
Pero, casi mientras estaba hablando, la policía informó de un segundo ataque en seis días sobre un objetivo comercial norteamericano en la ciudad. Dijo que intrusos entraron a un garaje subterráneo en una agencia de publicidad norteamericana, cortaron los neumáticos de dos automóviles y pintaron a uno de ellos con las palabras: “Paren la guerra”. El jueves pasado, hubo un intento de comenzar un incendio en un depósito perteneciente a la cadena mayorista norteamericana Wal-Mart.
En Alemania, hay una percepción es particularmente alta de que Washington está ansioso por comenzar una guerra con Irak. Mientras Schroder extendía su bienvenida, los miembros líderes de su coalición de centro izquierda criticaban abiertamente a la “doctrina Bush”. Peter Struck, el líder parlamentario de los socialdemócratas de Schroder, dijo que advertiría a Bush acerca de su política hacia el régimen de Saddam Hussein. “Mientras no exista la seguridad de que Saddam pertenece al grupo que provee santuario o apoyo a terroristas como Al–Qaida, no hay motivo para actuar contra Irak”, dijo en la televisión alemana.
Antje Vollmer, un líder parlamentario por los Verdes, los socios más jóvenes en la coalición gobernante, dijo que el presidente había adoptado “un enfoque casi misionero contra el mal” que estaba causando tensión e inestabilidad en todo el mundo. Anteriormente, en un golpe preventivo, Bush le había dicho a un entrevistador de la televisión alemana que “no tenía planes militares sobre mi escritorio para una operación militar. Estoy viendo todas las opciones”. Pero dijo: “Irak debería estar en la mente del pueblo alemán, y en la mente del pueblo norteamericano, porque el gobierno de Irak es un gobierno peligroso”.