Los presidentes de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) lograron ayer recuperar un poco del consenso que habían perdido en los últimos años. La cumbre de un día realizada en la ciudad boliviana de Tarija dejó algunos éxitos y algunas deudas. Entre los primeros se destacaron el reingreso de Chile al bloque –aunque sólo en calidad de miembro asociado– y el inicio de las negociaciones comerciales con la Unión Europea (UE), que se comprometió a un trato diferenciado con los dos miembros más débiles, Bolivia y Ecuador. Entre los temas que quedaron fuera de la agenda estuvieron los problemas migratorios y la coordinación de los esfuerzos diplomáticos ante Estados Unidos para conseguir la extensión de las preferencias arancelarias. Paralelamente a la cumbre, los presidentes de Perú y Chile, Alan García y Michelle Bachelet, tuvieron su tan esperada reunión. El aprista le garantizó una solución diplomática, aunque confirmó que llevará el caso ante la Corte de La Haya.

La reunión bilateral duró alrededor de media hora. Fue a puerta cerrada y no hubo una conferencia de prensa conjunta posterior. En parte porque Bachelet tomó el vuelo de vuelta a Santiago inmediatamente después para visitar a su hija, quien hace varios días que se recupera en el hospital de una trombosis. Horas antes la presidenta habló, pero sólo del retorno de Chile al bloque. García, en cambio, se quedó un rato más y habló con la prensa. “Le pedí a la presidenta Bachelet que la demanda peruana no se vea como un acto de enemistad ni como un acto de animadversión, sino simplemente como un reclamo histórico-jurídico”, aseguró el mandatario peruano.

García no quiso emitir una opinión sobre el diferendo marítimo y territorial que mantiene su país con Chile ni sobre las críticas que se cruzaron esta semana los cancilleres de ambos países. “Siempre habrá temas de divergencia entre los pueblos”, aseguró García, intentando bajarle el tono a la discusión, que en 1978 llevó a la ruptura de relaciones bilaterales. Además, destacó que lo importante es que se solucionen por las vías diplomática y jurídica. Por eso, reafirmó que apelará a los organismos internacionales, seguramente al Tribunal Penal Internacional de La Haya. “Ante él nos someteremos y estamos seguros de que Chile expresará sus argumentos y nosotros aceptaremos lo que diga el más alto tribunal de la Tierra,” señaló el mandatario.