EL MUNDO • SUBNOTA › LOS DESAFíOS DEL NUEVO GOBIERNO DE LA CENTRO-IZQUIERDA ESPAñOLA
La economía, la inmigración, la relación con la Iglesia, el terrorismo y los autonomismos: temas clave en España.
› Por Oscar Guisoni
Desde Madrid
José Luis Rodríguez Zapatero tendrá a partir de hoy muchas papas calientes en sus manos. Estas son algunas de las más importantes:
- La economía. Todo parece indicar que se acabaron los años de vacas gordas. Luego de crecer durante todo el gobierno de Zapatero por encima de la media europea, los datos empiezan a indicar que se avecina una fuerte desaceleración centrada en el sector de la construcción. La crisis de las hipotecas basura con epicentro en Estados Unidos y el encarecimiento de los tipos de interés que padecen los que tienen pendiente el pago de su vivienda han provocado una caída del consumo y la destrucción, sólo en el mes de febrero, de más de 50 mil empleos. Hay 2,3 millones de personas sin trabajo, la cifra más alta desde 1998. El PP habla de recesión, el gobierno socialista prefiere hablar de aterrizaje suave. Ambos reconocen la magnitud del problema y han presentado en esta campaña diversas propuestas para salir del atolladero. El problema es que nadie conoce todavía a ciencia cierta la magnitud de la caída.
- La inmigración. Mientras la economía marchaba bien no era un problema, más bien al contrario. En los últimos años aportaron el 50 por ciento del crecimiento del PBI. Pero la crisis de la construcción está dejando a muchos inmigrantes sin trabajo. Es por esta razón que el PP coló sin descaro el tema en la campaña. El fantasma de los suburbios violentos de las grandes ciudades francesas donde campea el desempleo entre los inmigrantes ronda no sólo en la cabeza de los políticos. En los barrios pobres, los españoles compiten con los inmigrantes por las migajas del Estado de bienestar, uno de los menos protectores de Europa. Hay más de 4 millones, el 9 por ciento de la población.
- El terrorismo. Aunque está muy debilitada, ETA todavía es una piedra en el zapato del Estado español, tal y como quedó demostrado con el atentado del viernes. El fallido intento de Zapatero por lograr la paz definitiva y el manoseo político que hizo el PP del tema usando por primera vez la política antiterrorista como arma electoral hacen muy difícil que se restablezcan las negociaciones. El grupo separatista vasco, además, está cada vez más en manos de jóvenes inexpertos, ya que los dirigentes históricos se hallan en su mayoría en prisión. ETA sobrevive en gran parte gracias al mito y a la ceguera que parece atacar a los dirigentes de los dos grandes partidos nacionales cada vez que afrontan la cuestión vasca.
- Las tensiones territoriales. Aunque ETA desapareciera, el problema vasco seguiría ahí. El presidente del gobierno regional, Juan José Ibarretxe, del Partido Nacionalista Vasco, ha convocado a un referéndum para el próximo octubre, que el gobierno considera anticonstitucional. Pretende que los vascos decidan sobre su futuro, aunque no ha explicitado la pregunta que pretende hacerles a los electores. El PP también se niega a que se haga la consulta. El PNV ha girado en los últimos años hacia posiciones más nacionalistas, en abierto desafío a Madrid. En Cataluña, las cosas tampoco están muy bien. Aunque gobierna el PSOE en coalición con Izquierda Unida y Ezquerra Republicana (independentista), las tensiones con el Estado han sido fuertes durante los últimos cuatro años. Los catalanes se quejan de que aportan más de lo que reciben y han aprobado un nuevo estatuto de autonomía que el PP ha recurrido ante el Tribunal Constitucional. Ezquerra también pretende llevar a cabo un referéndum y ha puesto fecha para 2010. Los nacionalistas católicos de Convergencia I Unió (CiU) están de acuerdo y también ellos han girado junto al PNV hacia posiciones más separatistas. Si Zapatero o Rajoy no consiguen la mayoría absoluta, es probable que deban negociar con Ezquerra, como ha hecho el PSOE para conseguir apoyo a algunas de sus leyes en el Parlamento, o con CiU, que ha manifestado que sólo pactará con el PP si retira el recurso ante el Constitucional y ha sugerido a los socialistas que sólo apoyarán a Zapatero si el PSOE cambia de socios en el gobierno regional.
- Las relaciones con la Iglesia. Parece cantado el enfrentamiento de Zapatero con la flamante cúpula de la Conferencia Episcopal, que acaba de elegir como presidente al ultraconservador cardenal de Madrid, José María Rouco Varela. Rouco es amigo personal del papa Benedicto XVI y se encuentra identificado con la estrategia de catolicismo militante que alienta Roma. Ha sido quien ha protagonizado los mayores enfrentamientos durante los últimos cuatro años con el gobierno socialista, encabezando manifestaciones, firmando comunicados y pidiendo incluso abiertamente a los fieles que no voten al PSOE. Su elección fue interpretada por la mayoría de los analistas políticos y los principales medios como una señal de que la Iglesia espera el triunfo de Zapatero y se prepara a hacerle frente.
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