EL MUNDO
• SUBNOTA › ALBERTO MILLER ROJAS, EX MILITAR CHAVISTA
“Sin margen para la intentona”
› Por Mercedes López San Miguel
A seis meses del efímero golpe en Venezuela, el llamamiento de ayer a la desobediencia civil y militar por parte de 14 figuras repetidas y actualmente procesadas por los sucesos de abril actualizaron el fantasma. El ex embajador de Hugo Chávez en Chile y ex dirigente del partido Patria para Todos (PPT), el general Alberto Miller Rojas, dialogó con Página/12 descartando la posibilidad de un nuevo golpe contra Chávez, y calificó al pronunciamiento de una “conducta orquestada por la extrema derecha venezolana”.
–¿En qué medida esto puede ser el inicio de un golpe?
–Yo creo que no puede representar un intento golpista, porque si en la oportunidad en que ellos tuvieron el mando de las Fuerzas Armadas las unidades no los siguieron, mucho menos los seguirían ahora, cuando están fuera de toda posición de mando y sometidos a juicio. No creo que tenga ninguna repercusión. Creo que forma parte del movimiento extremista de derecha que desea provocar una caída del régimen por un acto de fuerza.
–¿Puede tratarse de un problema interno de las Fuerzas Armadas, teniendo en cuenta que el fin de semana fueron dados de baja dos militares por golpistas?
–No. Ya ha habido pronunciamientos de los mandos militares que rechazan la intervención en la política, como ocurrió en abril, donde las Fuerzas Armadas mantuvieron su posición de profesionales, de acatar los mandatos de la Constitución y la ley. En cuanto a los golpistas, están en proceso de investigación como otros: algunos irán a juicio, otros serán dados de baja de las Fuerzas Armadas.
–¿Qué imagina que va a suceder hoy?
–Nada, aquí los críticos se han venido manifestando a lo largo de estos seis meses individualmente o en pequeños grupos, sin que eso haya tenido alguna repercusión. Ha habido manifestaciones similares de algunos voceros civiles que continuamente intentan llamar a las Fuerzas Armadas a la insurrección. Se ve que es una conducta orquestada de la extrema derecha venezolana.
–¿No hay ningún sector disconforme con Chávez entre los militares?
–Bueno, de alguna manera tienen que reproducirse las contradicciones que están presentes en la sociedad, porque los integrantes de las Fuerzas Armadas viven los problemas que enfrenta Venezuela, y por tanto debe haber algunos descontentos, pero siempre por encima de las diferencias prima el profesionalismo.
–La oposición ¿está fracturada o unida?
–Muy fracturada, y además no tiene ningún proyecto político que ofrecerle a la sociedad venezolana. Simplemente sacar a Chávez. El debate que aquí se está realizando es ver cuánta gente movilizó uno y otro. Si no fuese por lo trágico que representa para la economía un paro como el del lunes, le daban a uno risa las declaraciones del gobierno y de la oposición: éstos decían que fue un éxito, que paró el 90 por ciento y el gobierno que fue un fracaso, que paró sólo un 30 por ciento. ¿Quién lo mide? ¿Qué significado tiene?
–¿Existen contactos cívico-militares para una salida de Chávez?
–No. En primer lugar, la oposición no tiene estructura partidaria ni social, los partidos que están involucrados no tienen el dos o el tres por ciento de apoyo en la población, son partidos desprestigiados. Aquí ha sucedido antes lo que ha pasado en Ecuador o en Argentina: que los partidos políticos se han desprestigiado absolutamente. Y así como en Argentina dicen “no los queremos”, aquí tampoco los quieren.
–¿Y a Chávez?
–El está haciendo un pésimo gobierno, manteniendo una disputa que lo complica, en vez de discutir los verdaderos problemas que aquejan a Venezuela, como a cualquier país de la periferia: crecimiento de la economía, seguridad jurídica, relaciones internacionales. Acá solo se discute cuánta gente reúne una marcha y cuánta su contramarcha. Lo quemantiene unido al gobierno y a la oposición es la figura de Chávez. Es absurdo.
–¿El chavismo cuenta con el apoyo de las Fuerzas Armadas?
–Las Fuerzas Armadas cumplen con la estabilidad del sistema político.
–¿Puede haber otros intentos golpistas?
–No creo, porque la gran mayoría de los oficiales son conscientes de que si intervienen en la política y asumen su control, van a terminar como han terminado todos los militares en América Latina y en otras partes del mundo: acusados en los tribunales de genocidas.
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