Sáb 18.04.2009

EL MUNDO • SUBNOTA  › EL PRESIDENTE NORTEAMERICANO SE REFIRIó AL VíNCULO CON LA ISLA

“Un nuevo comienzo con Cuba”

El venezolano Hugo Chávez sorprendió al saludar a Obama. “Quiero ser tu amigo”, le dijo. En su discurso, el norteamericano aseguró que, en relación a Cuba, “hay medidas cruciales que podemos tomar de cara a un nuevo día”.

› Por Fernando Cibeira

Desde Puerto España

“Con esta misma mano hace ocho años yo saludé a Bush. Quiero ser tu amigo”, sorprendió Hugo Chávez ayer a Barack Obama cuando se cruzaron antes del comienzo de las sesiones de la Cumbre de las Américas. El norteamericano debe haber tomado el gesto como un buen inicio para su presentación ante los colegas de la región. Mejor todavía cuando escuchó la ovación que acompañó su ingreso al recinto donde se realizaron las sesiones a paso lento detrás del soldado que transportaba la bandera de su país. “Estados Unidos busca un nuevo comienzo con Cuba. Sé que tenemos por delante un largo camino para superar décadas de desconfianza, pero hay medidas cruciales que podemos tomar de cara a un nuevo día”, prometió Obama en su discurso.

Chávez siempre da la nota. Había anticipado su rechazo a la declaración final de la Cumbre, dijo que pediría el fin de la OEA y que exigiría la vuelta de Cuba a estos eventos continentales. Obama no había respondido a estas ideas y sólo sostuvo que el venezolano era uno de los presidentes que le tocaría conocer en Trinidad y Tobago. Ayer se cruzaron en un salón lateral del Hotel Hyatt antes de comenzar a desfilar hacia el recinto donde faltaba poco para que hablara Cristina Kirchner. El “quiero ser tu amigo” fue considerado un “histórico saludo” por parte del gobierno de Venezuela que difundió la noticia. En un comunicado, dijeron que Obama “expresó su agradecimiento al líder venezolano”.

En su discurso, Obama no esquivó el tema Cuba. Los diplomáticos norteamericanos habían anticipado que el presidente viajaría dispuesto a hablar de todo, pero que no quería que la Cumbre se agotara en una discusión sobre Cuba. Menos todavía que los presidentes de la región se plantaran en su contra por esta cuestión, remedando lo que le había sucedido a George Bush en 2005 con el ALCA. Por eso, días antes anunció medidas levantando impedimentos para viajar y enviar remesas a la isla. Luego de esa medida, desde la Casa Blanca habían anticipado que para dar otro paso necesitaban un gesto de Cuba. El presidente Raúl Castro dijo el jueves que su país estaba dispuesto a “un diálogo abierto” con Estados Unidos pero “en igualdad de condiciones”.

Obama puntualizó ayer que está preparado “para que mi administración trate con el gobierno cubano sobre un amplio abanico de temas, desde los derechos humanos, la libertad de expresión, la reforma democrática hasta de drogas, migración y asuntos económicos”. En ningún momento el presidente norteamericano se refirió específicamente a la cuestión del bloqueo que minutos antes le había planteado en su discurso Cristina Kirchner. Con todo –como también hizo ayer la secretaria de Estado, Hillary Clinton– admitió que las políticas de su país respecto a la isla fracasaron. “Sé que el camino es largo para superar décadas de desconfianza. Ya he cambiado una política hacia Cuba que debía favorecer la libertad y dar su oportunidad a los cubanos, pero que fracasó”, dijo.

“Seré claro: no estoy interesado en hablar por hablar, Pero sí ceo que podemos conducir las relaciones cubano estadounidenses hacia una nueva dirección”, subrayó.

Obama prometió una política diferente hacia América latina. “Si bien Estados Unidos ha hecho mucho a favor de la paz y la prosperidad en el continente, a veces también nos hemos desentendido o hemos tratado de dictar nuestras condiciones. Les prometo que yo busco una alianza de iguales”, afirmó, para tomar distancia de los ocho años de Bush en los que la política hacia la región osciló entre la indiferencia y las iniciativas unilaterales impuestas. “La política cowboy”, ironizan los actuales funcionarios de la Casa Blanca cuando se refieren a esa época, según contaron los argentinos que se han reunido con ellos.

Esta vez, Obama buscó dejar en claro que ya no habrá más imposiciones. “No hay un socio principal y otro menor en nuestras relaciones, simplemente hay una implicación basada en el respeto mutuo, nuestros intereses comunes y nuestros valores compartidos. Estoy aquí para lanzar un nuevo capítulo de acercamiento que durará durante mi mandato”, aseguró.

Luego de los discursos fue el momento del espectáculo de danza de la inauguración. Obama lo siguió todo con buena cara y promete quedarse en Puerto España hasta el cierre del domingo.

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