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Una entrevista por la paz
Por Suzanne Goldenberg
Desde Bagdad
Saddam Hussein pasó anoche por encima de las cabezas de líderes mundiales hostiles para apelar a la audiencia televisiva global, al conceder una rara entrevista al veterano parlamentario laborista británico Tony Benn. El encuentro de una hora fue la primera entrevista televisiva que el líder iraquí ha concedido a un interlocutor occidental en 12 años.
La visita de 11 horas del militante pacifista británico fue una repetición del encuentro entre Benn y el presidente Saddam Hussein en vísperas de la guerra del Golfo de 1991. Esa reunión ayudó a garantizar la liberación de los británicos que eran retenidos como escudos humanos luego de la invasión de Kuwait. Ahora, Benn dijo que hizo su misión con la esperanza de parar una guerra y que, durante la entrevista, el líder iraquí fue “cortés y amigable”. “Creo que la causa de la paz necesita que nosotros escuchemos al presidente tanto como escuchamos al presidente Bush y al primer ministro Blair”, dijo Benn ayer, en una conferencia de prensa. Declaró que había informado a Tony Blair y a la Cancillería británica de su viaje, pero que no llevó ningún mensaje oficial desde Gran Bretaña.
La entrevista, que fue filmada por un equipo de la TV oficial iraquí, será puesta a la venta por la recién lanzada Cadena de TV Arabe, con la condición de que se transmita entera, dijo Benn. El británico se negó a revelar las respuestas de Saddam a sus preguntas, pero dijo que era optimista sobre un avance en la causa de la paz. Pero mientras las conversaciones de Benn con Saddam parecieron relativamente francas, éstas provocaron consternación entre un par de periodistas estadounidenses, que sugirieron que el británico se dejó usar por el líder iraquí. Pero el político de 77 años declaró: “He llegado a una edad donde estoy demasiado viejo para que algo me moleste”.
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