Desconocido hasta 2006, el economista Marino Murillo, de 50 años, ingresó al Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC), el órgano que tiene la última palabra en cuestiones de gobernabilidad en el país. En marzo pasado, el hombre fue elegido por el presidente Raúl Castro para acomodar y dirigir el proceso de elaboración del proyecto de reformas políticas, económicas y sociales aprobado ayer el lunes en la VI edición del Congreso del PCC. El “mecánico”, tal como lo denominan los medios cubanos, debe garantizar la buena marcha, mejor vía y velocidad de las modificaciones del sistema.

Según explicó el mandatario, la integración de Murillo al buró “responde a la significación estratégica de la actualización del modelo económico y el desarrollo de la economía nacional”. Además de ser jefe de la Comisión Permanente del Gobierno para la Implementación y Desarrollo de las reformas, también es vicepresidente del Gabinete de Ministros y es la cima de una carrera política que se disparó en la última media década. Entre 2006 y 2009 fue ministro de Comercio y durante los tres años siguientes jefe de la cartera económica del gobierno cubano, además de miembro del Consejo de Estado.

Murillo nació en 1961, pocos meses antes de la declaración del carácter socialista de la Revolución Cubana y la victoria de Playa Girón sobre el ataque contrarrevolucionario. Pero a diferencia de otros funcionarios del gobierno, no hizo carrera política en la Unión de Jóvenes Comunistas y el PCC, a la sombra de Fidel. El economista se formó en el Colegio de Defensa Nacional, institución reservada para dirigentes que no pertenecen a la generación histórica.