Lun 05.08.2013

EL MUNDO • SUBNOTA  › HABLA DREWERY DYKE, MIEMBRO DE AMNISTíA INTERNACIONAL Y EXPERTO EN IRáN

“Hereda un retroceso en DD.HH.”

Según el informe 2013 de AI, en Irán se restringen libertades, se llevan adelante juicios injustos y detenciones arbitrarias. El desafío para Rohani será poder mejorar la situación de los derechos humanos, señala Dyke.

La elección de Hasan Rohani fue un claro mensaje de los iraníes tras ocho años de gobierno de Mahmud Ahmadinejad. “Las declaraciones de Rohani antes y después de la campaña presidencial sugieren que desea cambiar las cosas. Pero para esto los otros centros de poder, como el Parlamento, la Justicia y el Líder Supremo, tendrán que actuar al unísono”, consideró Drewery Dyke, miembro de Amnistía Internacional (AI) y experto en Irán. Desde su visión, Rohani tiene la oportunidad de mejorar la situación de los derechos humanos y reconocer mayores libertades civiles. “El nuevo presidente ha defendido en varias ocasiones una ‘carta de ciudadanía’ y otras políticas que, de aplicarse, mejorarían la situación de los derechos humanos”, sostuvo.

“Lo que sí puede hacer Rohani por su cuenta es restaurar un discurso de respeto, la idea de que todos en Irán tienen una dignidad inherente al ser humano, ante la ley y ante el Estado. Un cambio de tono, desde el principio, ayudará a establecer cambios en la ejecución de políticas concretas”, aseguró Dyke. Según el Informe 2013 de AI, en Irán se sigue restringiendo la libertad de expresión, de reunión, de asociación, se llevan adelante juicios injustos, detenciones arbitrarias, torturas, amputaciones, ejecuciones y se vulneran los derechos de las mujeres y de las minorías étnicas, religiosas y sexuales. “Rohani ha heredado una situación de empeoramiento de los derechos humanos”, afirmó.

–¿Con qué país se encontrará Rohani en materia de derechos fundamentales?

–La libertad de expresión, asociación y reunión –todos garantizados por los convenios internacionales de derechos humanos de los que Irán es Estado parte– ha sido objeto de ataques desde hace décadas. Las violaciones sistemáticas en el sistema de Justicia penal contribuyen a realizar juicios injustos y sin garantías en el país. Esto ha resultado en el encarcelamiento de decenas de estudiantes y activistas políticos, defensores de los derechos de minorías étnicas y religiosas, muchos de los cuales son presos de conciencia, y un sinnúmero de otros juicios que termina en la aplicación de la pena de muerte. Disposiciones discriminatorias en la legislación y en la práctica han erosionado el acceso de los pobres y otros sectores marginados a la Justicia y, al mismo tiempo, su acceso al empleo estatal.

–¿En qué aspectos tendrá mayores dificultades el nuevo gobierno para llevar adelante sus promesas de campaña?

–En Irán, el poder no está en el presidente sino en el Consejo de Guardianes. Este punto es muy importante, porque significa que las decisiones fundamentales recaen en un pequeño grupo. Entonces las leyes, su aplicación y los cambios que quiera hacer Rohani dependerán en parte de la voluntad del Consejo.

–Rohani apoyó las manifestaciones que emergieron tras las elecciones de 2009 y criticó al gobierno por oponerse al derecho a protestar pacíficamente. ¿Cree que promoverá mayores libertades civiles?

–AI espera que el nuevo presidente cumpla con las obligaciones internacionales de derechos humanos que Irán firmó, y trabajar para eliminar violaciones de larga data, aunque sea con cautela y poco a poco. Rohani ha hecho declaraciones en Twitter acerca de la libertad de expresión, ha hablado en contra de los códigos de vestimenta en relación con las mujeres, y sugirió que el control de Internet era, en última instancia, inútil. Estas son cuestiones en las que el presidente tiene poco o ningún poder formal, porque corresponden a los funcionarios judiciales y de seguridad. Habrá que prestar atención al impacto que el nuevo gobierno pueda tener en el campo de los derechos humanos. Los iraníes deben aprovechar esta oportunidad única.

–¿Qué actitud mantendrá hacia los jóvenes?

–Se debe comenzar con los estudiantes. En poco más de un mes, las universidades reabrirán y creemos que a todos los que han sido suspendidos o detenidos por razones políticas, por expresar sus opiniones y por haber participado en manifestaciones pacíficas, se les debe permitir regresar a su cursada. De la misma forma, todos los profesionales de la educación despedidos, jubilados o expulsados por la fuerza a causa de sus opiniones, o por haber participado en una reunión pacífica, también deben volver. Las asociaciones de estudiantes y las publicaciones cerradas en los últimos años deben reanudar sus actividades. La primera prueba nacional de Rohani estará en la universidad: ¿puede ayudar a que los estudiantes disfruten de sus derechos humanos fundamentales? Si él y su gobierno lo hacen, habrá logrado plantar las semillas de un futuro mejor para Irán. Pero aún está por verse.

–De alguna forma está más cerca del ex presidente reformista Mohamad Jatami que de Ahmadinejad.

–Sí, pero entre 1997 y 2005, cuando Jatami era presidente, existía un Parlamento con miembros que estaríamos lejos de calificar como liberales y que, sin embargo, tenían un espíritu reformista y acompañaban las decisiones del presidente. Ahora eso ya no existe. Las decisiones y la voluntad reformista dependerán mucho del presidente y de su gabinete. Sería bueno que tome el camino de Jatami. Lejos de que la situación fuera la ideal, durante su gobierno se produjeron algunos avances en materia de derechos humanos.

Entrevista: Patricio Porta.

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