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Los presidentes de Ecuador, Uruguay y Bolivia; Rafael Correa, Tabaré Vázquez y Evo Morales, manifestaron su respaldo al gobierno de Brasil encabezado por Dilma Rousseff, ante la crisis política desatada en ese país. Además, la Organización de Estados Americanos (OEA), a través de su secretario general, Luis Almagro, exigió que se garantice la estabilidad institucional en Brasil.

El presidente Correa alertó que en la región se adelanta un nuevo Plan Cóndor, como se llamó a la acción coordinada entre las dictaduras de América latina. Este nuevo plan, según señaló el líder ecuatoriano, buscaría no solo amedrentar sino también acabar con los gobiernos progresistas. “La derecha tiene sed de venganza, porque hace diez años que no ha podido como antes tomar el teléfono para ordenarle a un presidente hacer tal o cual cosa”, dijo. “Esa sed de venganza no solo viene a derrumbar lo logrado sino a tratar de perseguir, masacrar a los que osaron desafiar su poder”, explicó. “Usted cree que todo lo que está pasando es casualidad, este es el nuevo Plan Cóndor. Ya no se necesitan dictaduras militares”, señaló.

Del mismo modo, el gobierno uruguayo expresó a través de un comunicado su respaldo a Dilma. “Uruguay confía en que las diferencias internas existentes en Brasil serán resueltas en el marco del régimen democrático”, señala el documento. El documento también informa que Uruguay, en su calidad de presidente protempore de Unasur y Mercosur, se encuentra coordinando con los demás Estados miembro un apoyo regional a la presidenta de Brasil y sus instituciones.

En esa misma línea, el presidente boliviano afirmó que la derecha quiere dar un golpe a Rousseff y “escarmentar” al ex gobernante Lula para que no vuelva a la presidencia. “La derecha en Brasil quiere volver mediante un golpe congresal y un golpe judicial para castigar al Partido de los Trabajadores, al partido del compañero Lula, y para sacarla y enjuiciar a la compañera Dilma”, dijo el líder indígena. El gobernante agregó que la derecha sudamericana y la derecha norteamericana harán todo lo posible para que un dirigente sindical nunca más vuelva a ser jefe de Estado. Morales llegó al poder en 2006 catapultado desde la dirigencia sindical de los productores de hoja de coca de la zona central del Chapare, su bastión sindical y político. “Como ya no pueden aplicar dictaduras militares, ahora usan los instrumentos de la democracia occidental para sacar del gobierno a Dilma y procesarlo, inhabilitarlo a Lula para que no vuelva a ser presidente un obrero”, sostuvo.

Por su parte, el secretario general de la OEA se expidió en un comunicado diciendo que en Brasil la principal responsabilidad política y jurídica es la estabilidad de las instituciones y asegurar la vigencia de la democracia. “El mandato de Dilma Rousseff debe ser asegurado, conforme a la Constitución y a las leyes, por todos los poderes del Estado y todas las instituciones del país, así como debe evitarse todo menoscabo de su autoridad, venga de donde venga”. El titular de la OEA destacó además la forma en que Dilma se manejó durante los últimos días. “La valentía y la honestidad de la mandataria constituyen la herramienta esencial para la preservación y fortalecimiento del Estado de Derecho”. Al mismo tiempo, el titular del organismo internacional consideró que “es imperativo” que se mantengan las investigaciones en marcha por casos de corrupción en torno a la petrolera estatal. No obstamte, la nota también hace una clara referencia a la actuación del juez que conduce las investigaciones, Sergio Moro, a quien muchos de los propios pares critican por excesos en sus atribuciones. “Ningún juez está por encima de la ley que debe aplicar y de la Constitución que garantiza su trabajo. La democracia no puede ser víctima del oportunismo, sino que debe sostenerse con la fuerza de las ideas y de la ética”, afirmó Almagro en su nota.