La propuesta para flexibilizar la ley laboral de Francia, que provocaron protestas en los últimos días, fue presentada ayer ante la Cámara Baja del parlamento francés. Frente a las enmiendas es probable que surjan cambios del proyecto durante las dos semanas de debate, e inclusive, si avanza la revuelta al interior del socialismo gobernante, se debilite aún más al presidente François Hollande antes de las elecciones presidenciales dentro de 12 meses. El gobierno insiste en que las leyes laborales menos rígidas son para los mejores intereses de los jóvenes y de los 3.500.000 desocupados del país. La oposición de derecha descarta los cambios como una “cáscara vacía” –aunque las propuestas van más allá de lo tratado por el anterior presidente, Nicolas Sarkozy–. La reforma fue presentada a la Asamblea Nacional ayer por la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, y facilitaría a los empleadores poner término a contratos a largo plazo cuando sus negocios estén difíciles. El proyecto ha provocado movimientos de protesta de estudiantes de escuelas y universidades y de grupos de izquierda radical en las últimas semanas.