Basta con comparar dos frases para entender qué cambió en Uruguay. “No importa que vos te negués, a María Claudia nos la va a devolver Tabaré”, le había dicho Néstor Kirchner a Jorge Batlle en uno de sus últimos encuentros. Ayer, un día después de que Batlle dejara la presidencia, Kirchner fue recibido por el nuevo mandatario en el viejo palacio presidencial. “Néstor, ésta es tu casa”, le dijo Tabaré Vázquez. Y en un gesto diametralmente opuesto al de su antecesor, lo primero que hizo –en nombre el Estado uruguayo– fue firmar un compromiso para buscar los restos de María Claudia Iruretagoyena de Gelman, la nuera del poeta Juan Gelman. Ambos presidentes se comprometen, también, a encontrar los cuerpos de más de cien uruguayos desaparecidos en la Argentina, como Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz.
El Gobierno venía insistiendo por esta causa desde el inicio de la gestión Kirchner. “Para nosotros el caso Gelman es una causa emblemática”, aseguró ayer el canciller Rafael Bielsa. Luego de su llegada al poder, el santacruceño se comprometió ante el poeta Gelman a hacer todo lo posible para hallar a María Claudia. Varios años atrás, Gelman había iniciado una campaña para encontrar su cadáver. A través de cartas dirigidas a Batlle, la cruzada había despertado la solidaridad de intelectuales y políticos de todo el mundo. Desde mayo de 2003, el tema alteró las relaciones con Uruguay porque Batlle –tras recibir a Gelman y anunciar que se había encontrado a la nieta– se escudó en la Ley de Caducidad. Esa ley impedía continuar con los juicios a los responsables.
María Claudia estaba casada con Marcelo Gelman. En 1976, los dos fueron secuestrados en Buenos Aires. Ella estaba embarazada. Los represores argentinos la trasladaron a Uruguay, donde dio a luz a una niña, que fue entregada a un policía y que recuperó su identidad hace cinco años. Tras el parto, María Claudia fue asesinada. Su cuerpo habría sido enterrado en los terrenos de un cuartel militar, en las afueras de Montevideo.