“Es como tratar de encontrar a alguien en medio de una guerra civil”, comentó un funcionario consular argentino en Houston, acerca de los intentos de localizar a los compatriotas, estimados en mil, que habitaban en la zona de catástrofe. Hasta ahora, no se han reportado víctimas originarias de la Argentina y los evacuados están alojándose gracias a un esfuerzo de solidaridad de la colonia argentina en Houston, elogiada por todos los testimonios. Entretanto, como si se hubieran invertido los papeles, los argentinos residentes descubren el costado tercermundista de Estados Unidos: la improvisación, el alojamiento de evacuados en lugares que las autoridades saben inadmisibles pero, como diría un norteamericano, “lo atamos con alambre...”.
Carlos Aparicio, cónsul argentino en Houston, destacó que “hasta ahora no se ha registrado ninguna víctima fatal entre argentinos”. Entre el jueves y ayer se localizó a cuatro personas, y se trataba de ubicar a unas 20. Pero los compatriotas en la zona arrasada eran muchos: “Según el censo de 2000, había en el estado de Louisiana 300 argentinos, a los que hay que sumar unos 700 en situación migratoria irregular”, puntualizó Aparicio.
El agregado consular Armando Alvarez observó que “es como buscar a una persona en una guerra civil: la gente fue desplazada en distintas oportunidades, de diferentes formas y a distintos lugares”. Según destacó el funcionario, “nos ayuda mucho la información aportada por familiares en la Argentina: hay personas de la zona de catástrofe que lograron comunicarse con sus allegados en Buenos Aires y éstos a su vez informaron a la Cancillería”. El teléfono para dar o solicitar información es: 4819-7896 (Area de Argentinos en el Extranjero).
El médico Juan José Lértora es un correntino que hace 25 años enseña en la Universidad de Tulane, Nueva Orleans: “Tuvimos que evacuar con sólo lo esencial –contó desde Houston–: pensábamos que íbamos a estar poco tiempo fuera de Nueva Orleans, pero todo indica que van a pasar meses: evaluamos la posibilidad de que los estudiantes completen el año en la Universidad de Texas, y tal vez los profesores también nos integremos transitoriamente, pero nada está claro todavía”.
Lértora destacó “la solidaridad de la Casa Argentina de Houston, que se movilizó para asistir a los evacuados. Todos estamos viviendo con gente amiga que demostró una solidaridad extraordinaria”. También Alvarez, desde el Consulado, subrayó “la solidaridad de la colonia argentina” y señaló que “ya se ve que esto es a largo plazo y, entonces, mucha gente perdió no sólo su casa sino también su trabajo, su vida cotidiana. Yo tengo dos familias viviendo en mi casa y fui a anotar a los chicos en la escuela acá en Houston, para que continúen su vida con alguna normalidad”.
Afortunadamente y hasta donde se sabe, ningún argentino fue a parar al Astrodome de Houston, estadio a donde fueron llevados los evacuados del Superdome de Nueva Orleans. “Se esperaba que llegaran 23.000 personas –comentó Francisco Vargas, presidente de la Casa Argentina en Houston–, pero, cuando habían llegado unas 11.000, el Departamento de Bomberos interrumpió el ingreso por estimar que ya eran demasiados, que era peligroso. Sin embargo, por orden superior se dejó entrar a todos, ya que no había otro lugar donde ponerlos. El Astrodome estaba en desuso desde hacía tres años y no está en buenas condiciones: la mayoría de las salidas de emergencia están bloqueadas.”