EL MUNDO › LA DERECHA DURA NI SE ESCUCHA EN LA CAMPAÑA
Espeso silencio pinochetista
Por M. L. S. M.
Desde Santiago
La derecha chilena en campaña escondió el pasado pinochetista bajo la alfombra. Los derechos humanos no son rentables para los candidatos liberal y de derecha dura, respectivamente, Sebastián Piñera y Joaquín Lavín. Alguna vez, Piñera le echó en cara a Lavín que él votó por el No en el plebiscito de 1988. Lavín –quien votó a favor de Pinochet en esa consulta– fue parte del aparato pinochetista como miembro de Mideplan, Ministerio de Planificación. Al ser preguntado por su apoyo al régimen militar, el candidato de la UDI señaló recientemente que “esas son historias muy antiguas, para qué vamos a seguir discutiendo”. Ante la pregunta sobre Pinochet se limitó a decir que “aquí la ley pareja no es dura. Pinochet es un chileno más”.
El abogado especialista en derechos humanos Roberto Garretón, que consultó Página/12, dijo que en el caso de Piñera votó por el No porque sabía que el Sí iba a perder. El empresario candidato se presenta como la novedad de centroderecha, en su juventud fue afín a la Democracia Cristiana y defiende a las Fuerzas Armadas por haberse desprendido de ese pasado y colaborado con la investigación. Michelle Bachelet (hija del general de Brigada Alberto Bachelet asesinado por el pinochetismo), ex ministra de Defensa, “lleva en su ADN el tema de los derechos humanos”, como señaló a este diario el sociólogo Eugenio Tirón. El candidato de la iz-quierda, Tomás Hirsch, le dijo a Página/12 ayer que el gobierno de Ricardo Lagos no hizo lo suficiente sobre los derechos humanos.
“Es un tremendo drama que los derechos humanos no hayan sido centrales en el debate, cuando son insoslayables para el proyecto político. Es parte de la transición chilena”, advierte en ese sentido Garretón. Sobre si el presidente socialista Lagos ha sido muy prudente, Bachelet dijo el mes pasado que en Chile “los procesos tan dolorosos y traumáticos no se resuelven a través de leyes de Punto Final”.
La derecha se calla porque por mucho tiempo decía que hubieron “excesos” –su negación a las violaciones a los derechos humanos, asesinatos y desapariciones– pero que Pinochet “no robó”. Pero ahora el ex dictador está procesado y bajo arresto domiciliario por la revelación sobre las millonarias cuentas de Riggs Bank, con pruebas sobre la lucidez que tuvo para la transferencia de dinero y falsificación de pasaportes.