Los familiares y amigos de los marinos británicos recibieron con sorpresa, alivio y alegría el anuncio de su liberación. Y también un puntito de escepticismo al principio, temerosos de que los iraníes se echaran atrás como hicieron tras el anuncio luego rectificado de la liberación de la marinera Faye Turney, a los pocos días de iniciarse el conflicto.

“Estoy absolutamente extática. No me lo puedo ni creer. Me ha llamado mi hija por teléfono para decírmelo. Había salido a comprar huevos de Pascua y me he venido sin ninguno”, declaró la madre del marino Adam Sperry. “Ha sido todo muy estresante para la madre de Adam y para la abuela”, declaró su tío, Roy Cooper. Stephen, el padre de Chris Coe, se enteró de la noticia viendo en directo la rueda de prensa del presidente iraní y se declaró “rebosante de alegría” tras dos semanas “horribles”, especialmente para su esposa Christine y su hija Gemma. Un portavoz del equipo de rugby donde suele jugar el cabo Dean Harris en Carmarthen (Gales) se declaró “encantado por la noticia”. En parecidos términos se expresaron los familiares del marinero Arthur Batchelor, aunque su hermana Maggie dejó claro que no piensa celebrarlo hasta que Arthur esté de vuelta en casa. Los familiares del marino Mark Banks se declararon “regocijados al oír la noticia”. Ayer, las copas de espumoso sustituyeron por una vez a las pintas de cerveza en muchos pubs del Reino Unido.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.