Jue 05.04.2007

EL MUNDO • SUBNOTA  › OPINION

El precio del regalo

› Por Ángeles Espinosa *
desde Teheran

El presidente Ahmadinejad insistió ayer en que la liberación de los quince marinos es “un regalo del pueblo iraní al pueblo británico”. ¿Qué permitió este gesto cuando ninguna de las partes se apeó de su postura sobre la localización de los soldados cuando fueron capturados?

Hace tres días que Teherán se hizo eco de “cambios positivos” en la actitud de Londres. Ninguno de sus portavoces concretó en qué consistían, pero los analistas se centraron en la respuesta británica a la carta de protesta iraní por la violación de sus aguas territoriales. Ahmadinejad reconoció en una conferencia de prensa que “el gobierno británico ha asegurado que el incidente no se volverá a repetir”, pero insistió en que la decisión de liberar a los marinos no estaba directamente relacionada con ese compromiso. “Es compasión islámica. No esperamos nada a cambio”, subrayó. Sin embargo, a los observadores no les ha pasado desapercibido que el primer contacto directo entre el gobierno británico y un alto cargo iraní, Alí Lariyaní (secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y jefe negociador nuclear), sólo se produjo el martes, después de que el día antes quedara libre en Bagdad el diplomático iraní Yalal Sharafi, secuestrado hacía dos meses en esa ciudad.

En otra interesante coincidencia, ayer se supo que el ejército estadounidense iba a permitir, por primera vez, el acceso consular a los cinco iraníes que capturó el pasado 11 de enero en Erbil, en el Kurdistán iraquí. Portavoces militares los acusan de ser miembros de una unidad de elite de los Guardianes de la Revolución que estaría ayudando a las milicias chiítas en Irak. Teherán insiste en que se trata de cinco diplomáticos de su Consulado en aquella ciudad. Habrá quienes defiendan que ha sido la posición de firmeza internacional lo que ha hecho mella en las autoridades iraníes.

Aunque sea importante presentar un frente unido, el sistema político iraní está acostumbrado al aislamiento internacional y los sectores más conservadores que hoy están en el poder crecen ante situaciones de crisis. Para ellos, tal vez haya sido más importante poner de relieve los dobles raseros internacionales, algo que subrayó la crítica de Ahmadinejad al Consejo de Seguridad.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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