EL PAíS › DIPUTADOS DIO MEDIA SANCIóN AL PROYECTO QUE ADELANTA LAS ELECCIONES PARA EL 28 DE JUNIO
El kirchnerismo y sus aliados reunieron 136 votos, siete más de los que se necesitaba para aprobar la iniciativa. La oposición se unió para rechazar el proyecto y alcanzó 109 votos. Hubo 8 abtenciones del bloque de los ex ARI.
› Por Miguel Jorquera
Media hora antes del mediodía, el jefe del bloque K, Agustín Rossi, se sentó en su banca y el tablero electrónico marcó la presencia de 129 diputados, el quórum para abrir la sesión especial. Fue el anticipo de un trabajoso triunfo oficialista. Nueve horas y media después, el kirchnerismo y sus aliados más fieles reunieron 136 votos a favor del proyecto del Gobierno que adelanta las elecciones legislativas nacionales al 28 de junio y que el Senado comenzará tratar hoy para intentar convertirlo en ley la semana próxima. El grueso de la oposición, que criticó duramente el proyecto, alcanzó 109 votos en contra de la modificación del calendario electoral y sumó ocho abstenciones. La Presidenta recibirá hoy por la tarde a los diputados oficialistas en Olivos para agradecerle su trabajo parlamentario.
El kirchnerismo logró sumar a los radicales k, los santiagueños del Frente Cívico y Social, a los neuquinos del MPN, algunos de los peronistas que mantienen su propio monobloque, socialistas k y aliados críticos como Vilma Ibarra y Miguel Bonasso. El radicalismo, la Coalición Cívica, el socialismo y el interbloque Federal –macristas y los peronistas disidentes que responden a Felipe Solá, Francisco De Narváez y a los hermanos Rodríguez Saá– votaron por la negativa. Los ex aristas del Solidaridad e Igualdad y el economista de la CTA Claudio Lozano se abstuvieron, aunque no lograron contener a sus aliados del ARI fueguino que votaron en contra.
Los cuestionamientos de la oposición no inquietaban tanto al kirchnerismo como el control sobre su propia tropa y que el debate no revirtiera los acuerdos con algunos de sus aliados. Una tarea que centralizaba la secretaria de la bancada k, Patricia Fadel, pero en la que trabajaban otros diputados y colaboradores. El correr de los minutos y la llegada de algunos legisladores que sumaron a la sesión en las primeras horas de la tarde mostraron a un bloque oficialista más distendido y confiado.
A la hora de cerrar el debate –con los números seguros–, Rossi eligió las palabras para un discurso medido, en el que justificó los argumentos presidenciales para adelantar las elecciones, repasó los últimos pasos del Gobierno frente a la crisis internacional y se quejó de “algunas críticas desproporcionadas”. “No se pueden sostener las tensiones lógicas que genera un proceso electoral extendido desde marzo hasta octubre en medio de una crisis que creamos nosotros y se generó en el centro del mundo. Para nosotros es una decisión de sentido común y que no está en contra ni a favor de nadie”, dijo Rossi.
El jefe de la bancada K sólo se permitió una chanza para los que emigraron del bloque oficialista. “Son la minoría automática. Algunos eligieron no discutir para mantener la unidad de su propio bloque y se fueron de acá porque decían que no podían disentir”, sostuvo Rossi, en referencia al enfrentamiento dentro del acuerdo político entre el macrismo y los peronistas disidentes Felipe Solá y Franciso de Narváez.
Antes del cierre de los presidentes de los distintos bloques, el debate había comenzado a endurecerse. El kirchnerista mendocino Jorge “Pampa” Alvaro dijo que el adelantamiento de las elecciones era para “relegitimizar y plebiscitar su gestión de Gobierno, porque si seguimos escuchando a las personas que van a los programas políticos de televisión nos queda la impresión de un gobierno que no tiene legitimidad, distorsiona la realidad y miente a los argentinos. En ese escenario real, vamos a pedirles a los argentinos si están conformes o no con esta gestión, con la forma de tomar decisiones”.
A su turno, el jefe del bloque de la UCR, Oscar Aguad, se refirió al día después de las elecciones con su propio pronóstico. “La caída de las exportaciones agropecuarias, la producción industrial y de la recaudación llevará al Gobierno a buscar en el segundo semestre del año financiamiento al FMI. Para mí no sería problema, pero para el Gobierno sería imposible de justificar después de todo lo que dijo. Ese es uno de los motivos por el que elige el atajo de adelantarlas elecciones”, afirmó el cordobés, que dejó claro que “en una elección está en juego el reparto del poder”.
La Coalición Cívica y el socialismo eligieron otros cuestionamientos, además de los institucionales. “No hay ningún correlato entre lo que estamos discutiendo acá y los reclamos de la ciudadanía: la marcha por mayor seguridad que se realiza acá (por ayer) en Buenos Aires y los problemas del campo”, dijo el titular del bloque de la CC, Adrián Pérez y completó: “La crisis es la excusa del Gobierno para ganar tiempo y que no haya un mayor descrédito social que el que tiene ahora”.
“El adelanto de las elecciones es un manoseo a las instituciones inaceptable. Rechazamos este cambio de las reglas de juego democráticas intempestivo, en un año electoral, sin consenso ni causa mayor justificable”, afirmó Laura Sesma, del PS. El socialista porteño Roy Cortina fue mucho más duro: “Es el discurso de disciplinamiento. Amenazan con un plebiscito si no se cae todo. Esta confrontación no la va a pagar la dirigencia política, sino los sectores más pobres de la población”, insistió Cortina.
Uno a uno, los bloques que conforman el otro espacio opositor también embistieron contra el Gobierno. Aunque el macrista Federico Pinedo arrancó con una humorada sobre su propia interna: “Estoy tironeado por dos voces contradictorias. Las de Felipe y De Narváez no, otras”. Luego aclaró que se trataba de creerle o no a la Presidenta, pero que finalmente comprendió que “se trataba otra jugada política del Gobierno para sacar ventaja”. Igual que los socialistas, defendió la decisión de los gobiernos provinciales de desdoblar las elecciones para “atender sus propias problemáticas”.
Solá dijo que “todo era una trampa del Gobierno” y llevó la crítica a su propio molino: “Esto apunta a generarle problemas a las fuerzas políticas en formación y no deja definir sus diferencias en internas porque no hay tiempo”, sostuvo para esquivar las internas que De Narváez le propone para dirimir la cabeza de lista común en territorio bonaerense.
Eduardo Macaluse, del SI, dijo que abstendrían de apoyar el cambio de reglas que propone el oficialismo, pero que tampoco se iban a sumar a la “escandalización” del resto de la oposición. “El escándalo es que en la calle hay miles de personas que comen de los tachos de basura y nosotros no debatimos las soluciones para la pobreza y la indigencia.” Claudio Lozano, en el mismo sentido, se refirió a “la concentración de la economía que genera la política del Gobierno, con la condescendencia opositora, sin atender los problemas del trabajo y la producción”.
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