Desde Doha

La presidenta Cristina Kirchner dio la nota ayer durante la cumbre de jefes de Estado de América del Sur y Países Arabes al realizar dos gestos de repudio al presidente de Sudán, Omar al Bashir, sobre quien pesa un pedido de captura de la Corte Penal Internacional de La Haya por violaciones a los derechos humanos y crímenes de guerra. Primero, la Presidenta no participó de la tradicional “foto de familia” con todos los mandatarios que formaron parte del evento. Luego, ya durante la sesión de la cumbre, cuando le dieron la palabra a Al Bashir, Cristina Kirchner se levantó de su asiento y se retiró del recinto. Con todo, el documento final de la cumbre respaldó al sudanés.

No se sabe si la Presidenta había anticipado su decisión a los otros presidentes sudamericanos que participaron de la reunión –y de la foto–, de los que se diferenció. Incluso, el venezolano Hugo Chávez defendió a Al Bashir al señalar durante la cumbre que la Corte Penal Internacional “no tiene poder para aprobar una acción de ese tipo contra un presidente en cargo”. Chávez concluyó que el Tribunal de La Haya “lo hace porque es un país de Africa, un país del tercer mundo. ¿Por qué la CPI no ordena la detención de Bush o del presidente de Israel?”.

La sesión fotográfica con las banderas de fondo estaba prevista a las 14.15 (seis horas menos en la Argentina). La mayoría de los mandatarios se ubicaron en las escaleras con la alfombra roja y estuvieron allí unos dos minutos. Cristina Kirchner no aparecía. El paraguayo Fernando Lugo llegó al final, pero a tiempo para salir retratado. Los flashes se apagaron y los jeques y presidentes sudamericanos –Lula, Chávez y Michelle Bachelet, entre otros– abandonaron el salón. Tres minutos más tarde, pasó la Presidenta y sólo alcanzó a sonreír cuando cruzó delante de las cámaras de la prensa argentina, sin detenerse.

Hasta ahí daba la sensación de que se repetía la situación de anteriores cumbres en las que la Presidenta se retrasó para la ceremonia. En mayo del año pasado, llegó tarde a la foto del encuentro de presidentes de América latina y Europa, en Perú, y hubo que repetir la toma para que no quedara afuera. Seis meses después, la Presidenta se demoró cuando los otros 19 mandatarios del G-20 posaban en Washington.

Minutos después, el canciller Jorge Taiana daba una primera respuesta. “No fue la única que no estuvo. Había varios presidentes que estaban conversando en el camino y no llegaron a la foto, la sacaron antes”, afirmó. Sostenían que el libanés Muammar Khadafi y el iraquí Massud Barsani tampoco estuvieron, y que se apuró el trámite de la foto a pedido del rey Abdalá, de Arabia Saudita, de 85 años. “Alguien gritó ‘médico’ y entonces hicieron señas para que sacaran la foto. Abdalá salió caminando, sin problemas, pero su gente hizo acelerar la toma”, aseguraron.

Pero luego comenzó la sesión y quedó claro que el gesto de la Presidenta había sido adrede. Cuando le llegó el turno de hablar a Al Bashir, Cristina Kirchner se levantó y se retiró del recinto. El 4 de marzo pasado, el Tribunal de La Haya, a partir de una investigación realizada por el fiscal argentino Luis Moreno Ocampo, emitió una orden de arresto contra el presidente de Sudán acusándolo de crímenes de guerra durante el conflicto en Darfur, en el que murieron unas 300 mil personas.