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En la causa sobre posible enriquecimiento ilícito contra Ricardo Jaime, el fiscal federal Carlos Rívolo impulsa una investigación intensiva sobre el círculo de las personas más cercanas al ex secretario de Transporte: sus tres hijas, su ex esposa, su actual mujer y las hijas de ella. Para eso pidió detalles de sus respectivas cuentas, depósitos y movimientos bancarios. Se sospecha que una serie de propiedades ligadas a Jaime aparecerían a nombre de ese grupo de mujeres. Rívolo, además, apunta a conocer qué bienes tenía antes de ser funcionario nacional y le pidió a la provincia de Córdoba las declaraciones juradas de cuando era viceministro de Educación provincial, en 1999.

La investigación sobre el presunto enriquecimiento de Jaime no ha logrado determinar su relación con el Lear Jet en el que realizó numerosos viajes entre febrero y mayo de este año. La mayoría de los indicios y testimonios apuntan a un ex asesor suyo, Manuel Vázquez.

Mientras tanto, los investigadores intentan trazar un mapa de los bienes de Jaime. El pedido de Rívolo a Córdoba apunta a comparar su situación patrimonial actual con la que tenía en sus días de funcionario provincial. Jaime declaró en 2003 un capital de 266.700 pesos y a su baja de la función pública informó de un patrimonio de 77.590 pesos, lo que implicaría un llamativo empobrecimiento. A lo largo de la pesquisa, sin embargo, surgieron datos sobre una serie de propiedades que estarían a nombre de su grupo de familiares más cercanos, como inmuebles en el country Cuatro Hojas, en Mendiolaza, Córdoba, un spa que manejarían su mujer y su hija y una posada en Brasil, entre otras cosas.

Rívolo requirió también informes sobre los gastos del departamento en Recoleta, que serían de difícil justificación para alguien que declara ingresos sólo como funcionario por 109.595 pesos anuales y de expensas pagaría 1000 dólares por mes, más el alquiler. En relación a su ex esposa, su actual pareja y sus hijas, además de los movimientos bancarios, el fiscal pidió a varias compañías aéreas saber si tenían cuentas corrientes y quién pagaba los pasajes y realizó pedidos de informes y testimonios en relación a un yate.