Lunes, 18 de enero de 2010 | Hoy
EL PAíS › CóMO SIGUE EN EL CONGRESO LA DISPUTA POR EL CONFLICTO EN EL BANCO CENTRAL
Las diferencias entre los bloques de la oposición hacen peligrar una “autoconvocatoria” en Diputados para tratar los decretos del Ejecutivo. Tampoco tendrían quórum en el Senado. La UCR, la CC, el PRO, el PS y el PJ disidente vuelven a reunirse para revisar su estrategia.
Por Miguel Jorquera
Ni oficialistas ni opositores imaginaron que tendrían que volver a recurrir al porotómetro durante el verano y en medio del receso parlamentario. Pero los números volvieron a ser la clave para cada uno de esos dos grandes bloques legislativos a la hora de trazar y definir estrategias frente a la disputa por los decretos de necesidad y urgencia (DNU) con que el Poder Ejecutivo creó el Fondo del Bicentenario y removió a Martín Pérez Redrado de la presidencia del Banco Central por negarse a implementar ese fondo, cuyo fin es pagar vencimientos de deuda externa con reservas del Banco Central. En medio de la pulseada con el kirchnerismo, las diferencias surgidas entre las distintas bancadas opositoras ponen en riesgo la mayoría que dicen ostentar en Diputados para “autoconvocar” la Cámara baja y tratar los DNU en el recinto antes de que comiencen las sesiones ordinarias en marzo. Simultáneamente, también se les diluye la posibilidad de alcanzar quórum propio en el Senado.
Con un variopinto abanico que va desde la UCR, la CC, GEN, PRO y el PJ disidente hasta el socialismo y Proyecto Sur, el conglomerado opositor había impuesto tras el recambio legislativo su mayoría en la integración de las 45 comisiones legislativas permanentes y había conseguido la presidencia en 25 de ellas. El pacto opositor reunió entonces a 142 legisladores que superaron el quórum necesario (129 diputados sentados en sus bancas).
Envalentonada por aquel antecedente, ante la controversia por los DNU, la oposición comenzó a reclamar su tratamiento urgente durante el receso parlamentario, mientras el kirchnerismo no quiere llevarlo al recinto hasta que comience el nuevo período ordinario, en marzo. Fue entonces que Julio Cobos se puso al frente del reclamo opositor, convocó a los jefes de los bloques a su despacho y pidió a sus asesores que buscaran los argumentos legales para poner en marcha la “autoconvocatoria”. Aunque la UCR recurrió a su propia interpretación “constitucional”: “Es cierto que no se puede sesionar durante el receso para sancionar leyes, pero sí para tratar una resolución sobre los DNU”, sostuvo el senador Luis Naidenoff. “Lo que no se puede es sesionar si la Presidenta no convoca a sesiones extraordinarias”, replicó el jefe del bloque K de senadores, Miguel Angel Pichetto.
Elisa Carrió salió a bloquear el apuro de Cobos y propuso “agotar primero todos los pasos institucionales” antes de arremeter con la autoconvocatoria y hasta acusó al radicalismo de intentar “pactar” con el oficialismo la cabeza de Redrado a cambio de tratar el DNU del Fondo del Bicentenario. El cambio de estrategia se reflejó en la Cámara baja: los principales bloques de la oposición pidieron al presidente del cuerpo, Eduardo Fellner, que solicite a la Presidenta el llamado a sesiones extraordinarias para tratar los DNU, si bien dejaron a salvo la posibilidad de recurrir a la autoconvocatoria si eso no sucede.
La UCR, la CC, el PRO, el GEN, el socialismo y el PJ disidente volverán a reunirse esta semana, desde mañana, para “evaluar” la situación, pero sobre todo para repasar los números propios, después de que los once diputados de centroizquierda encabezados por Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur, SI, Libres del Sur y Diálogo por Buenos Aires) anticiparan que no serán parte de “ninguna convocatoria” si no se trata “la conformación de una comisión bicameral para investigar la legalidad de la deuda externa y la creación de un fondo de desarrollo con el uso de las reservas del Central”. Todo en medio de duras acusaciones para con la “oposición consentida y conservadora que sólo discute cómo pagar la deuda ilegítima”.
El reclamo del centroizquierda no encaja con la estrategia legal y política del resto del conglomerado opositor, que no sólo afirma que no se podría tratar en la autoconvocatoria el proyecto de ley sino que también consideran intangibles las reservas del Central. En definitiva, la deserción de los diputados de centroizquierda puso en riesgo la mayoría del conglomerado opositor: de aquellos 142 diputados sólo contarían ahora con 131.
A esa cifra hay que descontar el pedido de licencia del macrista Esteban Bullrich para asumir el Ministerio de Educación porteño, y nada hace pensar que el pedido presentado para que asuma un reemplazante prospere si no renuncia a su banca y mucho menos en una sesión especial autoconvocada por la oposición. Apenas por encima de los 129 legisladores necesarios para alcanzar el quórum, la oposición deberá garantizar asistencia perfecta y, además, custodiar que no se produzcan más deserciones entre una docena de bloques unipersonales que son parte de su entramado parlamentario.
En el Senado, los cálculos opositores tampoco son demasiado optimistas. Para alcanzar quórum propio se requieren 37 de los 72 senadores. El conglomerado opositor precisa que se plieguen a su estrategia los díscolos peronistas de Chubut, Graciela Di Perna, que responde al gobernador Mario Das Neves; y de La Pampa, Carlos Verna y María Higonet. Di Perna y Verna concurrieron a la convocatoria de Cobos; el pampeano dio muestras de independencia del oficialismo, pero también dejó en claro que no está enrolado en una oposición acérrima al Gobierno. El repaso de la tropa también dejó al descubierto una baja impensada en las filas opositoras: Norma Morandini, que también concurrió el lunes pasado al despacho del vicepresidente junto a Luis Juez, no podrá ser de la partida que planea la oposición porque no juró aún como senadora. Después de proclamar una y mil veces su mayoría parlamentaria, los números parecen jugarle en contra a la oposición.
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