Las expresiones de Eduardo Duhalde sobre utilizar a las Fuerzas Armadas para combatir la inseguridad siguieron cosechando rechazos. Hasta el ex gobernador Carlos Ruckauf –un defensor de la “mano dura”– se diferenció de la propuesta, pese a que ratificó que adhiere al proyecto “Duhalde 2011”. “No creo que sea la tarea de las Fuerzas Armadas”, remarcó aunque admitió la posibilidad de utilizarlas para el control de fronteras. Ruckauf intentó justificar la propuesta de Duhalde al inferir que tomó como referencia “el ejemplo de México”, pero diferenció ambos escenarios por tener problemas de seguridad distintos. El ministro de Justicia, Julio Alak, aseguró que “lo que dijo Duhalde es un disparate y una regresión a un pasado al que los argentinos no queremos volver. En la Argentina democrática se les asignó a las Fuerzas Armadas un rol muy claro, la defensa nacional. La seguridad interior está exclusivamente en manos de las fuerzas de seguridad”, afirmó. El diputado del PJ disidente Felipe Solá dijo que “es demasiado grave lo que pasó en este país como para, 35 años después, decir que lo que hace falta es sacar al Ejército contra la inseguridad. Alguien que fue presidente no puede decir eso”, concluyó. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, calificó como “muy desacertadas” y “muy imprudentes” las declaraciones. Sobre la supuesta humillación a la que eran sometidas las Fuerzas Armadas por los juicios por crímenes de lesa humanidad, Carlotto afirmó: “Querer que reine la impunidad y la comnivencia con los asesinos nos parece de un oportunismo político nefasto”.