La invitación empezó a circular anoche. El nuevo almuerzo estará destinado a los gobernadores kirchneristas y aliados del Gobierno. Como sucedió el sábado pasado con los senadores y diputados, el próximo lunes la presidenta Cristina Kirchner los reunirá en la residencia de Olivos para delinear acuerdos sobre una reforma a la ley de Coparticipación, repasar cuentas y realinear a los jefes territoriales en la discusión contra la reforma a la ley del cheque. Las invitaciones no contemplan a los gobernadores que están encolumnados con la oposición o en “campaña política”, un atajo con el que el Gobierno intenta evitar los desplantes.

La semana pasada, mientras la oposición buscaba acuerdos en el Congreso para modificar el impuesto al cheque, algunos senadores del bloque oficialista empezaron a entender que la discusión debía ampliarse. “Para nosotros es un tema muy sensible y muy complejo”, confió una senadora a Página/12. “Sabemos que es un tema muy delicado para las arcas de las provincias, porque se trata de los recursos; creemos que deben pensarse otros caminos, como revisar los criterios de recaudación en el interior de cada provincia, pero también pensamos que es muy importante que los gobernadores salgan a hablar, que se pronuncien.” El sábado, durante el almuerzo en Olivos, también CFK escuchó la inquietud.

Hasta ahora, la posición de los gobernadores ante la reforma del impuesto al cheque mantuvo sus grises. La oposición logró el alineamiento rápido y sonado de los que están enfrentados con la Casa Rosada: Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Mario Das Neves (Chubut) y Mauricio Macri (Ciudad de Buenos Aires).

El resto o no apareció o dijo poco. A Oscar Jorge (La Pampa) se le escuchó una postura indefinida: “Es lo mismo que ofrecerle un chupetín a un chico”, dijo la semana pasada; la frase quedó, aunque sus voceros ayer insistieron ante Página/12 que la frase fue sacada de contexto. En cambio, el tucumano José Alperovich, en su vuelta a su cargo luego de la intervención quirúrgica a la que fue sometido en Buenos Aires, explicó su rechazó a la postura opositora. “A nosotros no nos conviene que se modifique la ley porque perderíamos el apoyo de Nación”, dijo, y calculó esa pérdida en 500 millones de dólares para Tucumán.

Esa misma postura parece compartida por una parte importante de los gobernadores. Como lo viene diciendo la Casa Rosada, aseguran que la reforma no soluciona los problemas de fondo, porque los recursos salen del mismo lado y se les acercará un dinero que les faltará en otra parte. En esa línea se encuentran Juan Manuel Urtubey (Salta), de viaje con Cristina en Perú; el radical K Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y hasta Daniel Scioli (Buenos Aires).

Para zanjar el debate, el ministro Florencio Randazzo ayer llamó a cada uno para extenderles una invitación personal de la Presidenta. Y el encuentro, según adelantan en Balcarce 50, tendrá dos ejes: “Vamos a discutir la ley del cheque: cuánto tiene cada provincia, cuánto gasta el Estado nacional, cuánto distribuye. Pero además vamos a abrir la discusión para una reforma, porque la modificación a la coparticipación fue de Alfonsín, no de este gobierno”, aclaran. “Queremos analizar de dónde y cómo es el tema del financiamiento, porque con el dinero de Nación se paga a los jubilados, a los docentes, queremos ver el refinanciamiento de las deudas; las provincias reciben mucho, no existe un ente abstracto que es la Nación: los argentinos están repartidos en 24 distritos.”

El debate sobre la reforma de la Coparticipación no es sencillo: el proyecto no sólo necesita la aprobación del Congreso, sino de las legislaturas de 23 provincias y del jefe de la Ciudad de Buenos Aires.