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Luego de lo que le pasó al radicalismo y la discusión eterna que envuelve al peronismo, no hay interna que se resuelva en forma sencilla. Así quedó corroborado ayer, en los comicios del PJ de Catamarca. De acuerdo a los datos extraoficiales y a su propia evaluación, el gastronómico Luis Barrionuevo se habría impuesto a la lista de Ramón Saadi en la elección para candidato a gobernador y legisladores nacionales. Sin embargo, desde el saadismo denunciaron varias irregularidades así que el presidente de la junta electoral cortó por lo sano: anticipó que no se difundiría ningún dato oficial hasta la semana que viene, cuando termine el escrutinio definitivo.
Según Barrionuevo, su victoria era por un margen “muy grande”, algo así como “del 70 contra el 30 por ciento”. “Todos los catamarqueños entendieron que con mi candidatura puede haber un cambio”, sostuvo el autoproclamado ganador. De acuerdo con los pocos datos más o menos certeros que podían recolectarse de las autoridades de mesa, la tendencia era favorable a Barrionuevo en casi todo el interior de la provincia mientras que Saadi remontaba en la capital. Los medios de comunicación locales difundieron una encuesta a boca de urna que daba ganador al senador con el 60 por ciento de los votos contra el 40 por ciento de Saadi, pero luego se supo que el dato salió de sectores vinculados a Barrionuevo.
Saadi y su gente denunciaron desde temprano todo tipo de irregularidades: mesas que no abrieron, otras que lo hicieron dos horas más tarde, ausencia de fiscales y demás. El ex gobernador también dijo que la junta electoral era “trucha” y que la gente de Barrionuevo había estado repartiendo bolsones de alimentos durante el acto electoral. “Pero con fraude y todo vamos a ganar”, anunciaba Ramón. “Es una actitud propia de la derrota porque ya están sabiendo los resultados y entonces pretenden justificarlos inventando fraude”, le respondió Barrionuevo.
El presidente de la junta electoral, Sergio García, lo resolvió fácil: anunció que hoy se estudiarían las denuncias y mañana se decidiría sobre ellas; el miércoles comenzará el recuento definitivo y que hasta que no esté el resultado total no habrá ninguna información oficial.
La pelea en Catamarca era a todo o nada: quien ganaba se quedaba con el partido –intervenido desde hace más de una década, luego del asesinato de María Soledad Morales y la caída de Saadi– y con todos los cargos en disputa. La lista Barrionuevo llevaba como candidatos a senadores a Raúl Jalil e Inés Zamora y para diputados a Liliana Barrionuevo e Hilda García.
Para mayor tensión, los protagonistas se encargaron de darle un tono de disputa a nivel nacional. Años después de declararse el mayor alcahuete de Carlos Menem, hoy Barrionuevo juega para Duhalde: su esposa, Graciela Camaño, es ministra de Trabajo y él mismo anunció el sábado que presentaría un proyecto de plebiscito para que el Presidente siga en la Rosada hasta diciembre. Saadi, en tanto, es el referente del menemismo en la provincia.
Si la junta electoral confirma el triunfo de Barrionuevo, deberá disputar la gobernación con el candidato del Frente Cívico y Social, el senador Eduardo Brizuela del Moral. El gobernador Oscar Castillo decidió que Catamarca abra el año electoral el 2 de marzo pero, sorpresivamente, anunció que no buscaría la reelección, por lo que la candidatura recayó en Brizuela del Moral, el radical mejor ubicado en los sondeos.