El tiempo ya está corriendo: la Comisión Investigadora Especial (CIE), creada en la madrugada del viernes por impulso de todas las fuerzas políticas con excepción del oficialismo capitalino, tiene hasta el 15 de diciembre para entregar a la Legislatura su informe sobre la presunta responsabilidad política del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y de otros funcionarios de su administración, en la red de espionaje paraestatal montada en el seno del Ejecutivo de la ciudad. Por eso, la oposición buscará ponerla en marcha lo antes posible. El PRO, en tanto, todavía no definió si sus legisladores participarán o no del proceso. Hoy comenzarán a verse algunas definiciones en ese sentido y podría conocerse de forma oficial quiénes serán los 17 investigadores. También comenzará a discutirse el reparto de cargos dentro de la comisión.

n Los elegidos. Aunque entre hoy y el jueves se definirán oficialmente los nombres, prácticamente los 13 bloques tienen definidos ya quiénes serán sus representantes en la CIE. Tal como se aprobó en el recinto, todas las bancadas, incluso las conformadas por un solo diputado, estarán representadas. Además, la única que tendrá más de un investigador es la del PRO, que finalmente logró que le asignen cinco posiciones. Así, los únicos legisladores del Partido Socialista, Julián D’Angelo; del Movimiento Socialista de los Trabajadores, Marcelo Parrilli; del Encuentro Progresista, Raúl Fernández; y del bloque Igualdad Social, Martín Hourest, tienen un lugar asegurado en la comisión.

En bancadas más numerosas, en general el lugar se reservó para el presidente del bloque, aunque quizás haya excepciones a esa norma no escrita. “El tema es que no sabemos si definir técnicamente o políticamente”, le explicó a Página/12 Fabio Basteiro, de Proyecto Sur. “Desde el punto de vista técnico estaría en condiciones de asumir Julio Raffo, pero está en la línea sucesoria y no sería ético”, analizó Basteiro quien ocupará el lugar si, finalmente, prima el criterio político. Por la Coalición Cívica iría Fernando Sánchez, aunque hay otros legisladores que quieren ese lugar. Lo mismo sucede entre los diputados del Encuentro Popular para la Victoria: todavía no hay nada definido, pero lo más seguro es que sea Juan Cabandié.

Diálogo por Buenos Aires también estará representado por su titular, Eduardo Epszteyn. Por Nuevo Encuentro irá Gabriela Cerrutti, ya que el otro legislador de ese espacio, Gonzalo Ruanova, es querellante en la causa que investiga a Mauricio Macri por espionaje ilegal porque fue blanco de las pesquisas que realizó el ex vicejefe de la Policía Metropolitana, Osvaldo Chamorro. Diego Kravetz será el investigador del bloque del PJ, mientras que Claudio Presman hará lo propio por parte de la UCR. Los macristas que formen parte de la comisión se verán las caras con un viejo conocido: el representante del bloque más reciente de la Legislatura, Unión Federal alineado a Francisco de Narváez, será Daniel Amoroso, que hasta hace poco militaba en filas PRO.

n Integrar o no integrar. El oficialismo se tomará tiempo hasta el jueves antes de anunciar su próxima movida. Ese día habrá reunión entre los legisladores del bloque con el jefe de Gobierno, adonde se definirá la estrategia a seguir. El titular de la bancada PRO, Cristian Ritondo, está entre los que proponen no integrar la comisión porque consideran que su composición no ofrece garantías para llevar adelante una investigación seria y solamente se buscará desgastar a Macri. Los oficialistas pretenden conformar la CIE con criterio de proporcionalidad que les otorgue siete de los 17 miembros, mientras que el proyecto aprobado la semana pasada contempla un criterio de representatividad, que les da espacio a todos los sectores con presencia parlamentaria y le reserva cinco espacios al PRO.

Consultado por este diario, Ritondo pidió “que la oposición recapacite, que le agarre un ataque de republicanismo y que le den lo que le corresponde al PRO”, algo que parece poco probable. En caso de que, finalmente, se decidan a formar parte de la investigación, el mismo Ritondo es número puesto. También tienen su lugar asegurado Helio Rebot (el ex legislador kirchnerista cuyo voto decidió, en su momento, la destitución de Aníbal Ibarra), Martín Borrelli y Martín Ocampo.

De lo contrario, la CIE avanzará de todas formas pero con cinco asientos vacíos, coinciden en todo el arco opositor, que además condena la posibilidad de que el oficialismo quite su presencia. La comisión “va a funcionar quiera o no quiera el macrismo, la integre o no la integre”, reafirmó Ibarra. Para el kirchnerista Francisco “Tito” Nenna, un faltazo PRO “sería una nueva irresponsabilidad” porque “no participar es negar una instancia constitucional y democrática”. Para Basteiro “sería una barbaridad, que manifiesta cuál es el criterio democrático que tienen”.

Una vez que se ponga en marcha la comisión, a fines de esta semana o comienzos de la próxima, quedará un ítem no menor por definir: la distribución de los cargos, en particular quién ocupará la presidencia, un debate que no comenzó todavía, porque “eso hubiera sido un elemento de discusión que no hubiera permitido avanzar”. Algunos sectores proponen poner en ese lugar a “un moderado”, entre los que se menciona al socialista D’Angelo o al cívico Sánchez, pero esta propuesta no cuaja entre los opositores más duros. “D’Angelo de oposición no tiene nada, siempre votó con el oficialismo, y Sánchez está muy ligado al Grupo A, más preocupado por lo que pasa en el Congreso que en condenar a Macri”, descarta uno de los futuros investigadores, que de todas formas aclara que hay voluntad de superar las diferencias: “Todo lo que sea empujar en la dirección de que la comisión funcione, le vamos a dar para adelante”.