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El más nuevo de los precandidatos presidenciales del radicalismo, el senador mendocino Ernesto Sanz, ya arrancó su campaña y derrochó optimismo sobre las posibilidades electorales del frente opositor que encabezará la UCR. Sanz dijo que el radicalismo “ha vuelto a ser un partido fuerte capaz de gobernar”, afirmó que la ventaja que lleva Cristina Kirchner en las encuestas sobre intención de voto son “una foto” y “no una película”, y que la buena imagen que goza hoy la Presidenta está relacionada “con muchos factores, incluso emocionales, que se arrastran desde la muerte de Néstor Kirchner” en octubre pasado.

Sanz también afirmó que dejará la presidencia del radicalismo esta semana y que serán sus vicepresidentes (Angel Rozas, Pablo Verani y Carlos Becerra) los que deberán resolver si la UCR convoca antes a una interna partidaria para dirimir su candidatura presidencial –entre Ricardo Alfonsín, Julio Cobos y el propio Sanz– o lo resuelve en las “inciertas” internas abiertas, simultáneas y obligatorias previstas para agosto, pero que el Gobierno aún no reglamentó.

El mendocino comparte con la líder de GEN, Margarita Stolbizer, la idea que es conveniente conformar un frente opositor en marzo o abril. Pero también respondió a los temores de otro aliado, el gobernador santafesino Hermes Binner, de no volver a reeditar la experiencia de la Alianza: “El radicalismo ha vuelto a ser un partido fuerte capaz de gobernar”, afirmó. “Los otros candidatos de la UCR no son adversarios políticos, al contrario, todos queremos servir al país y a nuestro partido”, dijo Sanz sobre la confrontación interna.

Sin embargo, desde el cobismo, que sólo está dispuesto a dirimir las candidatura en las primarias de agosto, salieron a cuestionar a Sanz: “Es la expresión de un radicalismo de minorías, sin vocación mayoritaria. Cuando dijo que la Asignación Universal por Hijo se gastaba en droga y en juego apareció el verdadero Ernesto Sanz; entonces fue absolutamente sincero”, afirmaron los convencionales radicales Diego Barovero y Fernando Blanco.